La 9 de Julio
El que no llora no mama. Pero el que no deja de llorar y mamar no crece. Y lo que no crece languidece. Y aquello que pierde su espíritu o vigor obedece. La avenida 9 de Julio fue por mucho tiempo el corsódromo de millones de voluntades diezmadas por este perverso mecanismo de llorar para mamar, de no crecer y languidecer, hasta convertir la obediencia en esclavitud. Un modelo que sojuzgó para construir pirámides hacia abajo. Y faraones hacia arriba. Un virus esclavizante que atacó comercios, peatones, automóviles, y a toda la sociedad.
Hoy la 9 de Julio volvió a florecer con familias que pasean, con negocios que venden en lugar de reponer cristales rotos, con voluntades que se esmeran. Nunca más debemos permitir que el eterno reclamo sustituya el ansia por los laureles eternos.
Donde hay una necesidad no nace un derecho, sino una escuela.
Sebastián de Amorrortu
DNI 17.726.931
Desde muy joven abracé las ideas liberales, y particularmente la visión económica de la escuela austríaca, algo que social y académicamente estaba mal visto o menospreciado. Javier Milei libró una verdadera batalla cultural en la que muchos fracasamos, hasta el punto de llegar a la presidencia impulsando esas ideas. Sin embargo, del dicho al hecho hay un largo trecho, y luego de la alegría del megadecreto y la Ley Bases se hizo cada día más evidente un creciente distanciamiento entre las promesas y la gestión. El grotesco, la insolencia y la agresividad, tan eficaces durante la campaña electoral, comienzan a derivar en autoritarismo cuando se trata de gobernar para todos. Aun cuando se reconozca que desactivar la bomba que dejó el último gobierno no es tarea sencilla, preocupa seguir sufriendo los perjuicios del cepo y las retenciones. Resulta penoso ver cómo la imagen positiva a nivel mundial adquirida por Milei se malogra en disputas estériles con mandatarios de otras naciones. La violencia verbal contra cualquier persona que no acepte sumisamente su visión de las cosas, la lamentable propuesta para la Corte Suprema de un juez como Lijo, que no reúne siquiera las condiciones mínimas para seguir siéndolo, juntamente con la pretensión de Adorni de convertir el derecho de acreditación en la Casa Rosada en un privilegio, plantean graves dudas en cuanto al mayor activo político del Presidente: su credibilidad.
Miguel Eduardo Gutiérrez Trápani
Dólares e impuestos
Sr. ministro, ¿qué le parece si hacemos negocio?: nosotros vendemos dólares, pero el Estado reduce impuestos que afectan en particular a la clase media, ya bastante empobrecida, IVA, ABL, Ganancias, monotributo, Inmobiliario, Automotor, VTV, entre otros…
Ricardo Albanese
DNI 14.006.801
Una vez más, la idiosincrasia de parte de nuestra sociedad se manifiesta ante el video de la selección argentina de fútbol festejando el reciente logro deportivo de una nueva Copa América con cantos xenófobos contra la selección de Francia. En lugar de reconocer que ese festejo estuvo mal y por lo cual se debían pedir disculpas, nos encontramos con mensajes negando el error y algunos justificándolo, como el de nuestra vicepresidenta, Victoria Villarruel, que fue votada para gestionar cosas más importantes, e incluso hace una interpretación falaz del hecho mezclando la historia de Francia con la ética de un deportista. Además, Francia no jugó la Copa América, por lo cual es más ridículo el sentido del canto en el video. Cuando un deportista, amateur o profesional, viste la camiseta en representación de la Argentina, debe saber (no solo él, sino su cuerpo técnico también) que está representando a nuestro país y debe transmitir dentro de la competencia y fuera de ella nuestros valores como sociedad. Las disculpas de Enzo Fernández no alcanzan y creo que la AFA debería pedirlas también. Si no reconocemos nuestros errores, es difícil progresar como sociedad y lograr el respeto de la comunidad mundial.
Esteban Daniel Lezama
Colonialismo
La frase de la señora vicepresidenta, Victoria Villarruel, tildando a Francia de país colonialista causó revuelo. Francia fue colonialista, que lo digan los vietnamitas argelinos, al igual que lo es Inglaterra, con Malvinas y países africanos, y lo es Rusia, continuadora de la Unión Soviética (como ejemplo, Georgia y Ucrania). Pues bien, que la política impida decir ciertas verdades en público en las redes es una cosa, pero de que Francia fue un país colonialista no cabe duda.
Jeremías M. Taurydzkyj
DNI 10.513.559
Si el campo no produce, a la Argentina le va mal, le guste a quien le guste. Solo recordar la frase vertida por el presidente anterior: “Hoy a la Argentina la golpea una sequía histórica”. O estas noticias: “El fuertísimo golpe que propinó la sequía al campo se hizo sentir en los números del PBI argentino, con una caída de hasta el 30,2% con respecto a 2022″; “Campo: confirman que la Argentina perdió US$20.000 millones por la sequía en 2023″ . Agua es lo que faltó, solo eso. ¿Por qué? Porque no llovió lo necesario. ¿Por qué no llovió lo suficiente? Por La Niña. La actividad económica tuvo en mayo su primer repunte del año: creció 2,3% impulsada por el agro. ¿Qué pasó? Llovió. Advierten ahora del regreso de La Niña y una eventual sequía. ¿Qué va a pasar? Nos va ir mal de nuevo.
A la mayor zona agroproductora de la Argentina la recorre el acuífero Guaraní, donde fluyen millones de litros de agua subterránea que podrían complementar el agua necesaria que el fenómeno de La Niña nos hará faltar. Imaginemos la cantidad de hectáreas en las que podríamos asegurar su producción si se invirtiera en sistemas de riego. Sin el costo de las retenciones al agro se podrían incorporar por año aproximadamente 3.500.000 hectáreas al sistema agroproductivo. La Argentina actualmente es un país agroexportador y de ahí vienen las divisas; sin embargo, sabiendo de antemano que no vamos a exportar, no buscamos soluciones que están a la mano.
Rafael López Saubidet
DNI 13.416.528
Cinismo o hipocresía
Los políticos y personeros de los “derechos humanos” que pretenden sancionar a los diputados que visitaron a militares presos, aparte de intentar coartar insólitamente derechos humanos y libertades básicas de circulación, expresión y hasta de pensamiento, son los mismos que en otras oportunidades han propiciado reconocimientos y homenajes a dictadores genocidas como Fidel Castro, Chávez o Maduro. Habría que ver qué definición se ajusta más a esas contradicciones, si cinismo o hipocresía.
Roque Sanguinetti
Agradezco y celebro la nota sobre la recertificación médica del profesor doctor Roberto Borrone. Su detallado análisis muestra una de las raíces de la problemática sanitaria actual, el progresivo deterioro de la calidad médica. Quisiera agregar algunos conceptos que fortalecen lo propuesto por el autor. En los últimos años se observa un descenso en la cantidad de postulantes a residencias médicas, ¿desinterés?, ¿pérdida de prestigio del sistema de residencias? Lo cierto es que tendremos menos médicos “certificados” en un futuro cercano. Un segundo aspecto para destacar es que la certificación y recertificación basada en el sistema de créditos no siempre contempla la evaluación de competencias de quienes realizan procedimientos invasivos (¿usted se subiría a un avión sabiendo que el piloto no es evaluado periódicamente “piloteando aviones”?). Debemos tener en cuenta que la expectativa de vida y la duración de la carrera profesional son cada vez mayores; algunas entidades limitan la cantidad de recertificaciones otorgando una certificación “definitiva” a los quince años de obtenida la especialidad. ¿Quién asegura la competencia de ese médico en los siguientes 15 o 20 años de ejercicio profesional? Borrone expone con claridad que la solución es la obligatoriedad de la recertificación y que la contraprestación debe ser jerarquizada. En muchos países no está permitido ejercer una especialidad si uno no está recertificado, el médico no puede prestar servicios a los financiadores. En nuestro país existe una disociación entre la certificación (otorgada por entidades académicas, ministeriales o deontológicas) y la habilitación efectiva para prestar servicios médicos en el sistema de salud.
El debate es necesario y apasionante. La necesidad de una cultura de evaluación positiva y el desarrollo profesional continuo (basado en competencias) como modelo son fundamentales, pero considero valiosa y central la instancia “punitiva” (como sucede en otros países); quien no está recertificado no puede practicar esa especialidad por el riesgo de que el desempeño profesional esté por debajo de los estándares y tenga un impacto negativo en la salud de la población. Que como médicos no asumamos esto solo generaría que el penalizado sea el paciente, ya que su destino, como bien señala Borrone, seguirá estando “ligado al código postal y a su tipo de cobertura.”
José María Sanguinetti
DNI 21.954.946
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