En al menos dos informes de Inteligencia que fueron leídos por las más altas autoridades del Gobierno Nacional, se advierte que la agrupación terrorista Hezbollah profundizó su expansión territorial en varios países vecinos. Eso habría permitido, siempre según esos informes, que algunos de sus agentes buscados por participar en actividades terroristas por organismos de Seguridad de varias potencias del mundo, lograron ingresar a nuestro país por fronteras legales, y luego volvieron a salir hasta volver al destino original de sus travesías, el Líbano.
La misión de esos miembros de Hezbollah sería la de expandir el terrorismo por todo el planeta. El accionar silencioso y paciente de Hezbollah tanto en Bolivia, Chile, Paraguay, Venezuela, Colombia y Perú, fue un logro de la diplomacia del régimen que gobierna La República Islámica de Irán, ya que mediante distintos acuerdos políticos con “naciones amigas” profundizó los lazos para expandir “la revolución” por todo el planeta.
Clarín accedió a la lectura de esos documentos, ambos concluidos hace pocos meses, lo que significa que no fueron generados por espías de la “renovada” Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), y que tampoco incluyeron las novedades más inquietantes: en vísperas de que se cumplieran treinta años desde el atentado que voló con coche bomba la sede porteña de la AMIA, el pasado 18 de julio, los líderes políticos de Irán aumentaron como nunca antes la escalada contra la Argentina debido a la ratificación que hizo la Justicia, y sobre todo el actual Gobierno, que expresaron de modo público que los autores ideológicos y operativos de ese atentado fueron representantes y ex representantes del poder iraní.
“Sin duda, Teherán no olvidará la política antiiraní de Buenos Aires. Pero Irán ha demostrado que no se apura a jugar en el tablero del enemigo, sino que, en el momento y la posición adecuados, impondrá su propio juego al enemigo y le hará lamentar su enemistad con Irán”, señaló un editorial del diario Teherán Times, considerado un órgano de propaganda de los Guardianes de la Revolución de Irán, que utilizan a agrupaciones terroristas como Hezbollah para realizar atentados fuera de Medio Oriente con los que el país persa niega tener vinculación. Dos de esos atentados, según la Justicia federal, se cometieron en Argentina: la voladura de la embajada de Israel en Buenos Aires y la de la sede de la AMIA en 1994. En la semana del aniversario de este último atentado, incluso la Cancillería de Irán emitió un comunicado para expresar su desagrado con el Gobierno de Milei por haber afirmado que tanto Hezbollah como otra agrupación que fue incluida en el listado de organizaciones terroristas por la Casa Rosada, Hamas, están vinculadas con el régimen iraní.
El ministerio de Relaciones Exteriores de ese país le pidió a la Argentina que no se deje manipular por las “intrigas israelí-estadounidenses”. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, respondió que esas amenazas “no van a amedrentar a Milei”.
Los dos informes de Inteligencia sobre la expansión de la diplomacia de Irán en la región, y su correlato más sigiloso y temible realizado por jefes de Hezbollah enumera varios nombres de supuestos terroristas que ahora se mudaron hacia Sudamérica; y también describen cómo utilizaron empresas radicadas en el MERCOSUR para financiar actividades ilegales vinculadas al terrorismo; blanquear dinero; o directamente asociarse con agrupaciones del crimen organizado surgidas en Brasil pero que también avanzaron fronteras adentro de la Argentina en negocios ilícitos como el contrabando, la venta de armas o el narcotráfico.
Los informes de Inteligencia que leyeron los funcionarios de la Argentina sobre esta cuestión también abundan en datos concretos sobre la profundización del asentamiento de bases de espionaje de Irán, e incluso sobre el tránsito entre fronteras que lograron realizar terroristas de Hezbollah gracias a documentación falsa que les permitió ocultar sus identidades en pasaportes que serían de Venezuela, Bolivia y hasta Chile.
En uno de esos documentos, se resume la situación, ya en sus conclusiones de esta manera: “Lo hasta aquí expuesto nos lleva a evaluar la importancia de fortalecer la cooperación entre las agencias de la región y nos invita a compartir experiencias y lecciones aprendidas para disipar dudas y generar certezas. Los ejercicios u operaciones llevados adelante por otros países de la región, nos brinda un aporte interesante toda vez que nos allana el camino para proceder frente a esta problemática”.
Clarín había informado sobre esta problemática en abril pasado, después de que se desatara una polémica entre el Gobierno Nacional y el de Chile, debido a que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había hecho declaraciones en los medios sobre la presencia de supuestos terroristas en el país trasandino, lo que generó una queja gubernamental de la gestión Boric, y una visita de Bullrich a la ciudad de Santiago que incluyó una reunión con la ministra de Seguridad chilena, Carolina Tohá.
Para los agentes de Inteligencia de la Argentina que realizaron los dos informes a los que accedió Clarín, agentes de Hezbollah penetraron incluso en el sur trasandino, donde se involucraron con actividades terroristas impulsadas por las comunidades mapuches radicalizas. Ese conflicto tuvo algún eco en nuestro país, pero la gestión de los Kirchner se mostró más permisiva con algunos de los criminales involucrados en delitos en el sur argentino. Del mismo modo, la Casa Rosada, bajo control K, no era vista como “enemiga” ni por el régimen de Irán ni por otros países que no condenan las acciones de la agrupación señala por ser la autora material de los atentados a la embajada de Israel y la AMIA.
El caso paradigmático de cómo la organización Hezbollah logró acrecentar su poderío regional es el de Venezuela, una Nación que ahondó en los lazos con Irán de modo explícito y público.
Los informes de Inteligencia de la Argentina mencionan al avance de Hezbollah en la región como un peligro latente para nuestro país.
No solo por la posibilidad, planteada como hipótesis, de que se podrían producir nuevos atentados aquí, si no también por el financiamiento que reciben grupos de crimen organizado que ya son en la actualidad un problema trasnacional.
“Ya desde el año 2008, existen informes policiales de agencias cooperantes que revelaron su incidencia en el narcotráfico en posible asociación con organizaciones como el PCC (Primer Comando Capital), señalando el uso de elementos criminales para promover el terrorismo como un nuevo modus operandi de Hezbollah”, asegura el informe de Inteligencia al que accedió este diario.
El PCC es una agrupación criminal que inició actividades en Brasil, basando sus negocios en el tráfico de drogas, y que traspaso fronteras hacia la Argentina.
En otro de sus párrafos, se revela cómo el PCC y Hezbollah unieron fuerzas en conjunto con objetivos terroristas, y que habrían incluido también a participación de ciudadanos con residencia en la Argentina: “Según informó la Policía Federal de Brasil (PFB) el 08NOV23 se llevó adelante la operación Trapiche. Con apoyo del Mossad, la policía desarticuló una organización y efectuó detenciones de ciudadanos brasileños que presuntamente eran reclutados por la Organización Hezbollah, para perpetrar ataques a instalaciones de la comunidad judía en Brasil. Finalmente, se identificó a dos ciudadanos brasileños con ascendencia sirio y libanesa: Mohamed Khir ABDULMAJID (sirio) y Haissam Houssim DIAB (libanés).
Según la PFB, estos individuos habían reclutado por lo menos a seis ciudadanos brasileños hacia Beirut y «les habían ofrecido sumas de dinero a cambio de perpetrar atentados contra objetivos judíos en Brasilia, incluyendo dos sinagogas”.
La mención al vínculo de esta trama con la Argentina destaca que “uno de los detenidos tenía en su agenda de contactos a un argentino. Este evento fue judicializado en la República Argentina por el fiscal Marquevich”. Marquevich es Santiago Marquevich.
En al menos uno de los informes de Inteligencia que se reproducen en esta nota, también se menciona que una red del llamada clan Akil Rada, acusado en los Estados Unidos de lavar dinero para Hezbollah, se asentó primero en Colombia para mudar sus negocios a Venezuela, algo que luego se replicó en Brasil, Paraguay, México, Belice, El Salvador y “la Argentina”.
Lo más inquietante es que la familia Akil Rada reclutó a un pariente directo de los El Reda.
José El Reda, o Samuel El Reda El Reda, también conocido como Salman Rouf Salman, tiene un pedido de captura de la Argentina, y es buscado por INTERPOL por ser acusado de ser el jefe del grupo operativo que voló la embajada de Israel y la AMIA.
El fiscal Alberto Nisman dedicó años a intentar dar con su paradero.
Según la Justicia, Nisman fue asesinado el día anterior de la presentación en el Congreso de su denuncia contra Cristina Kirchner, y otros funcionarios de su gestión, a la que había acusado de establecer un pacto de impunidad con Irán para mantener sin resolución al caso AMIA.
En todas sus páginas, los dos informes de Inteligencia que accedió Clarín, que indican que tratan sobre la “presencia operativa de Hezbollah en la región”, tienen impresa la misma palabra en color gris: “SECRETO”.