SAINT-ÉTIENNE (Enviado especial).- Los Juegos Olímpicos 2024 levantarán el telón, oficialmente, a unos 530 kilómetros al sur de París. Al menos así sucederá para una valiosa porción de la delegación argentina, desde este miércoles, 48 horas antes de que el río Sena se luzca con una ceremonia inaugural inédita en el corazón de la capital francesa. El fútbol -como el rugby seven- se adelanta a los hechos por tener un calendario más extenso, con encuentros repartidos en otras sedes, además de París: en esta ciudad del sureste francés, también en Lyon, Nantes, Marsella, Burdeos y Niza. Los Pumas 7s, uno de los candidatos al medallero, competirán en el Stade de France, en Saint-Denis, ante Kenia. La selección de fútbol (Sub 23, reforzada con tres mayores de jerarquía), y también aspirante a una medalla olímpica, jugará en un estadio emblemático, el Geoffroy-Guichard, donde actúa el equipo AS Saint-Étienne.
El debut nacional por el Grupo B será desde las 10 de la Argentina (cinco horas más en Francia) frente a Marruecos, país que en Qatar 2022, en mayores, dio la sorpresa y terminó cuarto. El sábado y el martes próximos, en el estadio del Olympique Lyonnais, un histórico club de la Ligue 1, en Lyon, tendrá los restantes desafíos de la zona, ante Irak y Ucrania, respectivamente. Con cuatro grupos de cuatro equipos cada uno, los dos primeros avanzarán a los cuartos de final.
El AS Saint-Étienne tuvo una época dorada en los 60 y 70. En esta última década, un argentino se transformó en leyenda: Osvaldo Piazza. El exdefensor de Vélez, formado en Lanús e histórico confidente de Carlos Bianchi, fue tres veces campeón de Francia y llegó a la final de la Copa Europea de Campeones (hoy la Champions League) con Les Verts (Los Verdes). En aquellos tiempos, el estadio se hizo mundialmente popular. Fue en noviembre de 1974, luego de que el AS Saint-Étienne perdiera 4-1 en Split contra Hajduk, por los 8vos de final de la Copa Europea. En el desquite, de locales, los franceses triunfaron, en la prórroga por 5 a 1 y avanzaron de instancia. Un periodista yugoslavo, impactado por el ambiente (entre la niebla invernal y el humo de las chimeneas de las fábricas contiguas al estadio), comparó la cancha con una caldera. Desde entonces, el Geoffroy-Guichard se conoce como el “infierno verde” o la “olla”.
El debut futbolístico de la Argentina en París 2024 no tendrá un ambiente extremo como el de los 70, obviamente. Pero Javier Mascherano, el entrenador del equipo nacional, tampoco necesita semejante efervescencia para ilusionarse y tomar impulso. Cuenta con un amplio abanico de opciones talentosas que seducen. Con el permiso de Manchester City, Julián Álvarez, uno de los tres mayores del plantel, es, probablemente, el atleta más convocante de los 136 argentinos que competirán en los Juegos Olímpicos. El defensor Nicolás Otamendi y el arquero Gerónimo Rulli, también campeones del mundo y recientes campeones de América en Estados Unidos, serán los otros mayores de 23 años. El plantel cuenta con el atacante Lucas Beltrán (de Fiorentina, ex River) y el enganche Thiago Almada (presente en Qatar 2022). River y Boca, además, están representados por Claudio Diablito Echeverri y el eje del medio campo xeneize: Cristian Medina, Kevin Zenón y Equi Fernández. En el puñado de ensayos previos a París 2024, el equipo combinó variantes ofensivas con dificultades defensivas. Uno de los desafíos de Mascherano como DT será fusionar las diferencias y armar con precisión el rompecabezas en un certamen que no tendrá al bicampeón vigente (Brasil, que no se clasificó), pero sí a equipos fuertes como España y el anfitrión, Francia, dirigido por Thierry Henry, que no contará con Kylian Mbappé (el pase a Real Madrid se confirmó hace semanas) pero sí con el delantero Alexandre Lacazette (33 años y capitán).
Mascherano, con dos oros olímpicos como jugador, en Atenas 2004 y Pekín 2008, conoce perfectamente el valor de una competencia como la de París 2024. Luego de su retiro como futbolista, en Estudiantes de La Plata, a inicios de 2021 fue presentado como director del Departamento de Metodología y Desarrollo de la AFA, un programa integral para las selecciones masculinas y femeninas. Sin embargo, en diciembre de ese año, fue designado como DT del seleccionado Sub 20, en reemplazo de Fernando Batista. Firmó por cuatro años. Desde entonces, quedó en el ojo de la tormenta varias veces por distintas decepciones y estos Juegos Olímpicos simbolizan un gran examen para alguien que, como mediocampista central y también como zaguero en Barcelona, fue bautizado como Jefecito por su capacidad de mando. En la función de director técnico todavía no transmitió las convicciones que lo definieron en su época de jugador. Por ello, tras la clasificación lograda -con sufrimiento- en el Preolímpico de Venezuela, en febrero, París 2024 se le presenta como una oportunidad ideal para espantar fantasmas y consolidarse de una vez por todas como conductor.
“Hoy me siento más preparado, con más experiencias vividas. El Preolímpico nos hizo crecer mucho. Llevo casi tres años entrenando las selecciones juveniles y la experiencia me hizo aprender”, explicó el exjugador de River. Su recorrido como DT fue errático y agitado. Al principio, el calendario, en cierto modo, le jugó en favor como flamante técnico: hasta 2023 no tuvo competencias oficiales. Tuvo espacio para probar. Su debut fue en mayo de 2022, en el torneo Maurice Revello, en Francia, popularmente conocido como “Esperanzas de Toulon”, que no es avalado oficialmente por FIFA: la Argentina salió quinta (tuvo a Alejandro Garnacho como goleador). En agosto de esa temporada, el equipo nacional ganó el torneo de L’Alcudia, en Valencia (es un campeonato juvenil en el que participan clubes y selecciones nacionales de jugadores menores de 20 años).
Claro que en 2023 llegaron los cimbronazos para el hombre que disfruta de hablar y debatir de fútbol con Pep Guardiola, Rafa Benítez y Luis Enrique, en el exterior, con Lionel Scaloni, Gabriel Heinze, Gabriel Milito y Eduardo Coudet, en el país. En enero de 2023, la primera selección argentina en estrenar la camiseta con las tres estrellas en el escudo de la AFA fue la del Sub 20. El equipo buscó, en el Sudamericano de Colombia, una de las cuatro plazas para el Mundial de Indonesia, y uno de los tres cupos para los Juegos Panamericanos de Chile 2023. Sin embargo… no se cumplieron los objetivos y Mascherano se apresuró por renunciar a pesar de las voces que lo buscaron convencer de que revea su decisión, algo que finalmente hizo. Desde el presidente de la AFA, Claudio Tapia, y el coordinador de los seleccionados juveniles, Bernardo Romeo, hasta Lionel Messi y Scaloni: entre todos torcieron la primera reacción de Mascherano, que había decidido terminar su ciclo tras el frustrante paso por el Sudamericano, cuando el equipo quedó eliminado en la primera rueda.
«Los tres mayores nos dan muchísimo. Son tres campeones del mundo que tienen experiencia en la selección y en el fútbol internacional. La idea nuestra era sumar, dentro de las posibilidades, uno por línea, porque sabíamos que nos iban a potenciar. Gero (Rulli) y Nico (Otamendi) nos dan la posibilidad de tener voz de mando en la línea defensiva. Obviamente Julián (Álvarez) es un jugador que nos puede contagiar toda su ambición, sus ganas, su energía; es impresionante.»
Javier Mascherano
Un soplo de aire fresco llegó luego de que la FIFA le quitara la sede del Mundial a Indonesia y el torneo se reubicara, en mayo… en la Argentina. Como anfitrión, la AFA obtuvo en el escritorio lo que no pudo ganar en la cancha. Mascherano fue por su revancha, pero tampoco pudo desquitarse. El equipo, con jugadores que no están en París como Valentín Barco, Alejo Véliz, Valetín Gómez y Juan Gauto, fue eliminado en los 8vos de final, por Nigeria, en San Juan. Se trató de un equipo desconectado y poco confiable, con una defensa vulnerable y escasa creatividad. La eliminación fue un mazazo anímico. “Hablé con Chiqui (Tapia) y le dije: ‘De ahora en adelante, la renuncia está todos los días en tu escritorio. Cuando vos quieras y sientas que yo no soy el indicado, a casa y no hay problema’”, explicó Mascherano, tiempo después. El Preolímpico de este año le dio un poco de oxígeno. La Argentina se clasificó en el último suspiro, con el triunfo 1-0 ante Brasil, con un gol de Luciano Gondou, en Caracas (Paraguay se quedó con el título y el boleto restante de la región para París 2024).
En la historia, desde 1924, los primeros Juegos Olímpicos en los que participó la Argentina, el fútbol aportó cuatro medallas: las dos doradas ya mencionadas y las plateadas de Ámsterdam 1928 y Atlanta 1996. El seleccionado no se clasificó para Londres 2012. Volvió en Río de Janeiro 2016: tras la renuncia de Gerardo Martino, Julio Olarticoechea asumió como DT en una AFA convulsionada y el equipo quedó eliminado en la zona de grupos (con Rulli, entre otros). En Tokio 2020, con Fernando Batista como DT, el equipo tampoco pasó la fase de grupos (con Esequiel Barco. Alexis Mac Allister y Thiago Almada, entre otros).
“Se los digo a todos: estoy cansado de comer mierda, quiero felicidad para los que nos quieren y para todos. Salgamos a jugar el partido de nuestras vidas”, dijo Mascherano, en julio de 2014, en una inolvidable arenga antes de ingresar en la cancha para jugar ante Bélgica, en Brasilia, con la ilusión de pasar por primera vez en 24 años el umbral de los cuartos de final de un Mundial, algo que más tarde se logró. En su corta experiencia como DT, a Mascherano también le tocó mascullar bronca. París 2024 le ofrece una ideal reparación.
La probable formación argentina para el debut
Gerónimo Rulli; Joaquín García, Marco Di Césare, Nicolás Otamendi y Julio Soler o Bruno Amione; Santiago Hezze, Cristian Medina, Thiago Almada y Kevin Zenón, Julián Álvarez y Lucas Beltrán.