El tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, decidió este viernes que proyectará a puerta cerrada las imágenes de las violaciones a Gisèle Pelicot, una restricción criticada por la principal víctima, que busca que la «sociedad» cambie.
La mujer de 71 años fue drogada durante una década por su entonces marido Dominique Pelicot para violarla junto a decenas de desconocidos. Este hombre y medio centenar más se enfrentan ahora a 20 años de prisión durante el juicio en curso.
Aunque, en los dos últimos días, el tribunal proyectó las primeras imágenes y videos de las violaciones sin público pero en presencia de la prensa, su presidente, Roger Arata, decidió que a partir de ahora sería a puertas cerradas. Sólo los magistrados, los abogados, los acusados y las partes civiles podrán mirar los videos y fotografías, que Dominique Pelicot grabó entre 2011 y 2020, siempre y cuando una o varias partes lo soliciten.
Arata justificó su decisión debido al carácter «indecente y chocante» de las imágenes, pero los abogados de Gisèle Pelicot y de su familia lamentaron estas restricciones, que no pueden recurrir.
«Hay que tener la valentía de enfrentarse» a la realidad de la violación en este proceso que «debe cambiar la sociedad», estimó Stéphane Babonneau, uno de los abogados de la principal víctima. «No hay que temer enfrentarse a la violación, como Gisèle Pelicot hizo cuando decidió ver estos videos por primera vez», ya que el juicio se celebra «de manera pública», declaró a la prensa durante un receso.
Este juicio, símbolo de la violencia machista y la sumisión química, suscitó un fuerte interés internacional, máxime cuando la principal víctima rechazó que se celebrara a puerta cerrada para que «la vergüenza cambie de bando».
Abusos en la infancia y estrategia judicial
En el juicio, Dominique Pelicot aseguró que sufrió agresiones sexuales siendo niño, pero el impacto de este trauma en sus actos debe tratarse con cautela, advierten los expertos.
Pelicot aseguró ante el tribunal de Aviñón que la agresión sexual que habría sufrido con 9 años y su participación forzada en una violación con 14 influyeron en su «perversión».
Días más tarde, otro de los acusados, Jean-Pierre M., acabó relatando, con dificultad, las violaciones y abusos que sufrió siendo niño. Al menos una decena de acusados aseguraron durante la investigación que sufrieron agresiones sexuales en su juventud.
«No existe una relación de causa y efecto. Todos los niños (víctimas) no acaban siendo víctimas o agresores, pero esto aumenta la posibilidad de serlo», declaró ante el tribunal el psiquiatra Laurent Layet.
Desde el punto de vista sociológico, la tesis de la reproducción de la violencia –cuando la víctima se transforma en un agresor– no está probada y genera «debate», indicó la experta en agresiones sexuales Véronique Le Goaziou. «Algunos estudios, la mayoría de las veces sobre cohortes pequeñas, muestran una mayor prevalencia», pero cuando las muestras son más grandes, «no se obtienen» esos resultados, agregó la investigadora del Laboratorio Mediterráneo de Sociología.
En el marco de un proceso penal, la dificultad reside en probar «la existencia de esta violencia» durante la infancia, agregó Le Goaziou, y subrayó que «los agresores pueden utilizar este argumento como un medio de defensa».
Para la psicóloga Joanna Smith, «en la infancia de los agresores sexuales se observan más antecedentes de maltrato: sexual –tres veces más que la población general–, pero también psíquico –dos veces más– o violencia verbal –13 veces más–«, entre otros. «A menudo, estos antecedentes se acumulan o incluso se asocian a circunstancias difíciles en el desarrollo: violencia entre padres, trastornos psiquiátricos de los padres, etc.», abundó esta experta. «El número de antecedentes diferentes aumenta el factor de riesgo para cometer violencia sexual», explicó.
Para el psiquiatra francés Guillaume de La Chapelle, que atiende a víctimas de agresiones sexuales en la infancia, el «principal riesgo» es sufrir otras, incluso en la edad adulta, y «no convertirse en agresores». «Una víctima de agresión sexual puede desarrollar muchos problemas psíquicos. Algunos, especialmente entre los chicos, se convierten en criminales sexuales, pero esto sigue siendo una trayectoria poco común, que depende sobre todo de la construcción de la personalidad», agrega.
Por otro lado, «entre los grandes delincuentes sexuales» se detecta «con frecuencia» que sufrieron agresiones sexuales, apunta el psiquiatra. «Volverse perverso es una construcción psicológica. Si la víctima no se detecta, no es atendida, su experiencia queda en un rincón de su cerebro y evoluciona de forma independiente. Como no ha hablado, no ha sido tratada ni apoyada», agrega.
«Esta no es una circunstancia atenuante y no excusa los actos cometidos. Sin embargo, puede ser una estrategia de defensa: el abogado busca argumentos para atenuar la responsabilidad», señala la abogada Danielle Gobert, experta en derecho familiar.
Pero, para la letrada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro, su cliente no se esconde: «En ningún caso dice: ‘Apiádense de mí. Sufrí esto, así que inevitablemente deben perdonarme por lo que le hice a mi mujer'».