Limitar daños en la pista es la meta a la que se aferra Red Bull Racing (RBR), que estiró a ocho la racha de grandes premios sin victorias, cedió después de dos años el control en el Mundial de Constructores, y su piloto estelar Max Verstappen observa cómo Lando Norris amenaza su reinado. La imagen deshilachada que se ofrece desde el Gran Premio de España 2024, última cita que tuvo a un piloto de Milton Keynes en lo más alto del podio, tiene su génesis en observaciones que no fueron atendidas el año pasado, cuando MadMax arrolló con el modelo RB19, y también en cómo líderes históricos de la fábrica de Milton Keynes iniciaron un éxodo que debilita el poderío de la escudería.
Ingenieros que programaron los dos ciclos exitosos del equipo: el que desarrolló Sebastian Vettel con el tetracampeonato entre 2010 y 2013, y el dominio que empezó Verstappen en 2021. El jefe de estrategia Will Courtenay es el nuevo talento que acelera la partida en la estructura que dirige Christian Horner: el británico continuará, a partir de 2026, en McLaren; su nombre se suma al del genio de la aerodinámica, Adrian Newey, que acordó su incorporación a Aston Martin, mientras que el director deportivo Jonathan Wheatley conducirá el proyecto de Audi en la Fórmula 1.
La discontinuación de varios y valiosos laderos es una problemática para Horner. Courtenay empezó su tarea en el equipo en 2003, cuando la escudería Jaguar transitaba el penúltimo año de los cinco que recorrió en el Gran Circo antes de que Ford vendiera el paquete a Red Bull. La función era ingeniero de sistema, aunque con la reestructuración comenzó a desempeñarse en el departamento de estrategia. Fue analista principal hasta 2010, cuando en coincidencia con la era Vettel, fue ascendido al puesto de jefe de estrategia, lugar que desempeñó en las últimas 14 temporadas. Courtenay comparte tareas con Hannah Schmitz, actual ingeniera en jefe, con la que alterna la posición en el pitwall en los grandes premios. Las tareas se dividen entre el equipo que trabaja en el circuito y aquel que es apoyo desde la fábrica.
De Milton Keynes a Woking, en un momento en que las rispideces y los desencuentros rodearon la relación entre RBR y McLaren, entre las sospechas por la ilegalidad del alerón trasero del MCL38 –la FIA no lo vetó, pero pidió correcciones mínimas que fueron atendidas- y el recelo de parte de Andrea Stella –jefe de McLaren-, después de que Daniel Ricciardo registrara la vuelta rápida en la carrera de Singapur y quitara el punto extra a Norris. “Su experiencia, profesionalidad y pasión por el automovilismo lo convierte en el candidato ideal para lidera nuestra función deportiva en la F.1″, apuntó el italiano, acerca del arribo de Courtenay, que se producirá a mitad de 2026.
Antes se producirán las despedidas de Wheatley, que desarrollará un doble comando con Mattia Binotto en Audi, y de Newey, rumbo a Aston Martin. El británico trabajó con Jos Verstappen en Benetton y luego con su hijo Max, en RBR; también con Michael Schumacher, siendo mecánico estable del equipo que asistió al Kaiser en los dos primeros títulos en la F.1. Festejó con Fernando Alonso en 2005, antes de incorporarse a RBR, donde fue junto a Horner una de las primeras contrataciones que ensayó el multimillonario austríaco Dietrich Mateschitz.
“Red Bull me ofreció una oportunidad maravillosa de construir un equipo de carreras”, comentó dos décadas atrás Wheatley, actor determinante en la consagración de Verstappen en Abu Dhabi 2021. En la comunicación con el director de carrera Michael Masi, el ingeniero, de 57 años, sugirió que solo los autos doblados debían desaparecer entre Verstappen y Lewis Hamilton, lo que provocó la furiosa reacción de Toto Wolff (Mercedes). “Él convenció a Masi, Max le debe agradecer mucho”, lanzó el jefe de las Flechas de Plata, tras el desenlace que le dio la primera corona a MadMax y le quitó la octava estrella a Hamilton.
El tercer elemento es Newey, que ya está desvinculado del equipo de F.1 de RBR y en marzo del año próximo se unirá a Aston Martin, que le extendió un contrato de 35 millones de euros anuales, durante cinco temporadas. “Un nuevo reto”, comentó el genial diseñador, ganador de 25 títulos en el Gran Circo, entre los mundiales de Constructores y de Pilotos.
“Será triste ver cuando se vaya el año que viene”, expresó Horner, el líder que a comienzo de año surfeó una tormenta con la denuncia de una empleada, por comportamiento inapropiado, recibió críticas despiadadas de Verstappen padre, aunque recibió el apoyo del accionista mayoritario el magnate Chaleo Yoovidhya. La fuga de talentos amenaza su liderazgo y debilita a Red Bull.
LA NACION