El Gobierno prever cerrar en las próximas semanas la Casa de la Moneda, órgano encargado de la impresión de moneda nacional. La decisión va en línea con la decisión de la administración de Javier Milei de achicar el Estado, que durante la jornada de este martes ya se concretó con el cierre de Trenes Argentinos Capital Humano«>Trenes Argentinos Capital Humano (Decahf). La disolución de la Casa de la Moneda se concretaría por decreto y los empleados –serían más de 1100– serán desvinculados.
El cierre se dará junto al de otros cuatro o cinco organismos, que por ahora no fueron identificados por las fuentes consultadas por LA NACION. En todos los casos se apunta a un disminución de la planta de empleados públicos y la reducción de gastos.
La Casa de Moneda, que depende del Ministerio de Economía, es una Sociedad del Estado y se encarga de la fabricación de moneda nacional desde 1875. Sus funciones, una vez disuelta, según explicaron las fuentes consultadas, serán realizadas por privados a través de licitaciones puntuales e incluso no se descarta la posible importación de dinero, como ya se realizó con el organismo funcionando, en otras administraciones.
Presidida actualmente por Daniel Méndez, la institución también se encarga de la producción de sellos postales, y estampillas y la generación de negocios digitales (servicios transaccionales y de pago y la digitalización de documentos en distintos formatos y soportes), todo bajo estrictos estándares de seguridad.
La disolución de la Casa de la Moneda irá en línea con lo sucedido hoy con Trenes Argentinos Capital Humano, la dependencia del Estado con 1388 trabajadores que fueron desvinculados. El organismo, como resaltaban hoy en Casa Rosada, tenía la particularidad de que no operaba trenes. Para el Gobierno, era una empresa estatal que tenía una “estructura sobredimensionada” que “duplicaba las tareas de otras compañías estatales ferroviarias”, lo que a partir de ahora “va a significar un ahorro de 42.000 millones de pesos anuales para el Estado”.
El achicamiento del Estado es una de las principales premisas del gobierno de Milei. Desde tiempos de campaña el mandatario insistió en el tema y volvió realidad esos ejes desde su llegada al poder. El primero de los organismos en ser cerrado fue el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi).