En la Facultad de Ciencias Sociales, las agrupaciones estudiantiles ordenan carteles y pintan pancartas. El pedido en cada uno de ellos se repite, independientemente de la agrupación que lleve a cabo la tarea. “Triplicación del presupuesto”; “Unidad entre estudiantes, docentes y no docentes”; “Abajo los vetos. Estudiantes y jubiladxs juntxs y en las calles hasta vencer a Milei”; “Seamos el terror de Milei. Por una universidad de les trabajadores [sic]”.
Excepto por estos grupos de jóvenes, la facultad hoy está completamente vacía, en los pasillos, solo carteles con consignas similares. En algunas aulas abiertas, además, quedan restos de la vigilia que realizaron anoche: almohadas, mantas, bolsas de dormir. Ahora, todo es entusiasmo, y la convicción de que hoy el movimiento que se va a generar frente al Congreso va a ser multitudinario.
Faltan tan solo horas para que se lleve a cabo la segunda marcha federal convocada por los sectores universitarios en defensa de la educación pública. A partir de las 14 comenzarán a congregarse las distintas columnas que marcharán con el norte puesto en el escenario de 13 metros que se emplazará sobre la plaza del Congreso, a la altura de Paraná y Sáenz Peña, y que a las 17 tendrá el acto principal.
Varias facultades dependientes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) —una de las instituciones que se vería más afectada el próximo año por el recorte financiero que implica el presupuesto asignado si Javier Milei veta la Ley de Financiamiento y los diputados y senadores de la Nación acompañan— se preparan para encontrarse con todas las columnas que se movilizarán desde la Plaza Houssay hasta el Congreso.
Tienen un precedente multitudinario el 23 de abril pasado, con la manifestación que congregó a unas 430.000, según el cálculo de LA NACION, luego de que para este año se aplicara el mismo presupuesto que para 2023, con una inflación superior al 20% en los primeros meses del Gobierno. En su momento, el descontento social llevó a que este se elevará a un 270%, que solo solventó los gastos de funcionamiento para este año, y que no contempló cuestiones esenciales como los salarios del personal docente y no docente.
Es más, el propio rector de la UBA, Ricardo Gelpi, advirtió sobre el peligro que acarrea el recorte, que concluiría en una paulatina degradación de las clases, la investigación, los hospitales.
Adriana, Yasmín y Lucía, militantes de Ya Basta, agrupación de izquierda, pintan carteles en la entrada de la facultad. “La marcha es súper amplia, van de todos los sectores. Acá hicimos una asamblea para organizarnos, en la que participaron un montón de estudiantes y ahí decidimos, democráticamente, qué actividades tomar. Por ejemplo, decidimos la vigilia. Nosotros dormimos acá en la facu. Es una forma también de mostrar que no estamos en una situación normal, porque la educación está en peligro. Entonces no podemos hacer como si nada ocurriera”, comentó Adriana.
Los centros de estudiantes, agregaron, van a marchar hoy en una columna independiente de la facultad, porque consideran que las autoridades no cumplieron, al levantar la emergencia presupuestaria luego de la primera marcha, en abril, cuando les asignaron gastos que iban solo a funcionamiento.
De fondo suena fuerte la última canción de Lali Espósito, “Fanático”, la que muchos consideran que refiere al Presidente y el enfrentamiento con la cantante de los últimos meses por cuestiones ideológicas. “Es una cuestión a nivel sociedad: por qué un gobierno tan antipopular puede seguir gobernando así”, sostuvo Lucía.
Las tres chicas también contaron que los profesores hablaron de esta cuestión durante las últimas semanas, formas de visibilizar el conflicto que los mueve, y que también por eso hoy se levantaron cursadas. Las clases que estaban previstas para la tarde, además, se estipularon directamente para encontrarse en la misma marcha.
Ante la consulta de si consideran que el movimiento pueda emular el de abril, Lucía enfatizó: “Sí, totalmente. Nos parece que hay muchísima expectativa con esta marcha. También porque hay mucho malestar social de todos los días, y uno está buscando cómo expresar ese malestar. Entonces la marcha educativa también trasciende un montón de sectores sociales, no solo los estudiantes universitarios. Y sí, creemos que hoy va a ser una marcha enorme”.
Ayer, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, junto al subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, afirmaron que todo lo solicitado por el sector educativo ya fue concedido y que la movilización de mañana es opositora. “Es una marcha antigobierno, por varias de sus consignas, que ceñida solamente al problema de los salarios”, dijo Torrendell, que el fin de semana había afirmado que las universidades públicas nacionales “inventan alumnos”.
Dana milita en el Partido Obrero de la misma sede de Sociales. Al ser consultada por este medio, dijo: “Nosotros esperamos que realmente sea una gran marcha, encima no solamente va a incluir a los distintos sectores educativos, o sea, supera lo que serían universitarios. Y además, los distintos sectores en lucha que están desconformes con este Gobierno, o sea, los jubilados que van en la ronda de todos los miércoles, van a estar. Bueno, nosotros vamos, nuestros docentes, trabajadores no docentes, trabajadores del Estado también van a ir. Así que tenemos una expectativa de que realmente sea bastante fuerte. Mismo el sector de investigación, que está muy ligado con esta facultad, también se va a movilizar, así que sí, esperemos eso”.
Como todos, esperan que esta ocasión sea “igual que la anterior o más”.
También Danel Bitchik, secretario general del centro de estudiantes, La Nuevo Derecho, en la facultad de Derecho, se refirió a la situación actual. En el espacio asignado a esta agrupación, muestran cómo preparan las pancartas y carteles que llevarán con ellos hacia el Congreso. Cerca de las 11.30 van a arrancar rumbo a la movilización. La idea es llegar a las 14.00 a la Plaza Houssay, el lugar de encuentro de la mayoría con el resto de los estudiantes. Hay pocas clases o ninguna, esto depende enteramente de la adhesión docente. Lo mismo pasó en el paro anterior, el 26 de septiembre, cuando, contó Bitchik, los alumnos que asistieron a clases no superaban los 50, en una institución que tiene cerca de 22.000. De hecho, hay algunos cursos llevándose a cabo, pero, aseguraron, van a cortar entre las 12 y las 13.
“Uno ve que los no docentes están teniendo salarios de pobreza —sostuvo—. Recién me decían que hay muchos por debajo de los $500.000. Lo que se plantea no es ilógico, es el 0,14% del PBI. Los docentes nos contaron que tuvieron que dejar de alquilar donde vivieron toda su vida. Lo que tiene la universidad de calidad es porque el que trabaja acá no es solo un trabajador, es un comprometido con la universidad y los estudiantes”.
Por otro lado, ayer los presidentes de distintos grupos de estudiantes de los colegios preuniversitarios, que dependen de la gestión de la UBA, afirmaron que hoy va a ser un movimiento multitudinario. Este miércoles, después de clases, se dirigirán directamente desde el establecimiento ubicado en la calle Bolívar al 263. “Esperamos que sea masiva, tiene que serlo, porque en el colegio, cuando hicimos las asambleas [el lunes] todo el claustro votó por unanimidad la asistencia”, dijo Teo Boruchowicz, presidente del Cenba, el centro del Nacional.