El 19 de noviembre se cumplió un año del triunfo de Javier Milei en la segunda vuelta electoral. La fecha en la que se transformó en Presidente electo de la Argentina. El aniversario se cumplió el miércoles de esta semana. Ese día, Milei y su hermana Karina volvieron de Brasil, después de participar en la cumbre del G20. Además de haber sido uno de los protagonistas de esa cumbre, el Jefe de Estado se reunió en Rio de Janeiro con el mandatario de China, Xi Jinping; con el primer ministro de India, Narendra Modri; y con la titular del FMI, Cristalina Georgieva. Milei había recibido al francés Emanuel Macron en Buenos Aires, antes de partir al país vecino.
Cuando su avión oficial aterrizó en la vuelta a la Argentina, lo esperaban en el sector militar de Aeroparque varios funcionarios de su confianza, sobre todo, su principal asesor, Santiago Caputo. Se abrazaron. Hablaron de la noche en la que alcanzaron el poder tras vencer en los comicios al peronismo. La incredulidad por esa victoria ya es un sentimiento del pasado para ellos.
Fuentes inobjetables del Gabinete resumieron así el balance que hicieron Milei y los suyos sobre el primer año de gestión: «Pensamos que íbamos a gobernar un año sin el Congreso. Pero sacamos la ley Bases. Nos costó y nos cuesta, pero nos acomodamos bastante y hasta se aprobó la boleta única», se entusiasmaron esas fuentes a este diario, y agregaron: «Es cierto que hay problemas políticos, pero son problemas del ‘día a día’. No de fondo. Fijate que los gobernadores del PJ están más con nosotros que con los Kirchner.
Ahora son ellos los que nos dicen: ‘Bueno, si hubiesen empezado hablando, como hacen hoy, todo habría sido distinto. Claro, pero si no empezábamos ‘pegando’ ellos ya nos hubieran pasado por encima. Construimos poder con Javier hablando contra la ‘casta’ y contra todos. Y tuvimos bastante éxito. Ahora, por ejemplo, la CGT también se alineó y negocia sin conflictos en la calle».
Sobre la economía, los principales asesores del Presidente se sinceran así: «Nunca imaginamos que en once meses la inflación iba a bajar como lo hizo. Tampoco creíamos que íbamos a llegar al superávit tan rápido como pasó. Baja el riesgo país, el dólar no se mueve. Si me preguntaban hace un año, nunca te iba a decir que íbamos a lograr lo que logramos».
El propio Milei afirma en entrevistas públicas que se d por lo rápido que impulsó sus acciones económicas y que a esta altura del año ya mostraron resultados positivos en algunas variables macro. Entre los más sorprendidos por este presente, se puede contar al jefe de asesores económicos presidenciales, Demian Reidel. «Increíble. Increíble lo que logró Javier», repite.
El éxtasis invade por estos días a Milei y sus ministros, y por ende a su militancia de «base», es decir, la que milita en las redes sociales. Surfeando esa ola de optimismo, quizás sin cautela, La Libertad Avanza (LLA) empezará el próximo año, el de sus primeras elecciones como oficialismo a nivel nacional, con una táctica y una estrategia que está planeada, incluso escrita por los ideólogos del proselitismo libertario, grupo que lidera Caputo.
Milei y su «arquitecto» piensan ahora en lo mismo que pensaban cuando ganaron las elecciones generales hace un año. En el poder. En aquel momento su ambición era alcanzarlo. Hoy, se preparan para conservarlo y, siendo aun más ambiciosos, en ampliarlo. Los libertarios necesitan sumar diputados y senadores propios para engordar sus minorías notorias tanto en Diputados como en el Senado.
Clarín pudo saber, siempre de acuerdo a fuentes inobjetables de la Casa Rosada, que el plan oficial para la campaña del 2025 incluye la presentación de una especie de decálogo de diez grandes reformas económicas, políticas y hasta sociales. Los libertarios se preparan para que su gran «candidato» del año electoral sea el propio Milei, aunque en rigor, por supuesto, él no se postulará a nada. Ocurre que el Presidente es el mejor activo de LLA.
La idea es que sea él quien hegemonice el discurso de campaña por sobre el de los verdaderos candidatos de su partido o, en caso de que se concrete un acuerdo electoral con el PRO, de su coalición electoral. Para lograrlo, ya tienen preparado el «Plan Reformas». Clarín pudo conocer algunas de las modificaciones que LLA pondrá en discusión a partir de enero. Una de esas reformas se adelantó y ya es motivo de debate. Es la que propone modificar las leyes electorales. Cambiar como se vota. El oficialismo presentó en el Congreso un proyecto para eliminar las PASO, cambiar las normas que regulan el financiamiento de los partidos, y también el actual método que se utiliza para que el Estado reparta de modo supuestamente igualitario el espacio de tiempo en los medios de comunicación para que los candidatos de todos los partidos accedan a espacios publicitarios, más allá de su capacidad financiera.
Las reformas que se presentarán en el año electoral son de temas diversos, de fondo, y deberán pasar por el Congreso para que sean Ley y puedan concretarse. Complejo. Una de los items más importantes de ese plan es la reforma fiscal. El Gobierno ya tiene redactado ese proyecto. Su presentación oficial dependerá de cómo se desarrolle la coyuntura económica. La reforma fiscal es una novedad y se resume así, teniendo en cuenta sus características muy técnicas: en la actualidad, los impuestos que se cobran a nivel nacional, son cuarenta y seis. La idea del Gobierno es eliminar cuarenta de esos tributos para simplicar la burocracia de ARCA, la ex AFIP. Los nuevos impuestos que cobrará el Gobierno Nacional, entonces, serían solo seis.
Aunque el detalle más fino de ese proyecto, que debería ser avalado por el Congreso para llevarlo a los hechos, son por ahora reservados, las fuentes consultadas sobre esta cuestión aseguraron que su objetivo es quitarle peso a la presión tributaria sin que eso afecte a la recaudación. Se verá. El impacto del anuncio sobre el tema, se convencieron los ideólogos de la comunicación de LLA, será positivo cuando se difunda a la opinión pública. Esos funcionarios están convencidos que la oposición pagaría costos políticos si lo rechazara.
Otra de las reformas que anunciaría LLA para la campaña sobre un tema sensible: el sistema jubilatorio. El cambio en el régimen previsional traerá polémica. Siempre de acuerdo a calificadas fuentes de LLA, uno de sus puntos centrales es subir la edad que le permite a los trabajadores de la actualidad poder acceder a una jubilación. Hoy, las normas estipulan que los hombres se jubilan a partir de los 65 años; mientras que las mujeres tienen permitido acceder a esos haberes cuando cumplen los 60. El Gobierno quiere elevar ese piso, argumentando que la expectativa de vida es mayor en estos tiempos que cuando se reglamentó el sistema previsional anterior. Las fuentes oficiales consultadas revelaron también que este proyecto incluye igualar la edad para jubilarse sin diferencias de géneros. Varones y mujeres, sin diferencias. A eso se sumaría otra variable muy vinculada a la ideología de LLA.
El Gobierno pretende transformar al sistema previsional en mixto: se incorporaría la posibilidad de que el capital privado pueda involucrarse en este proceso financiero. La idea es que el Estado siga pagando las jubilaciones, pero también se desregularían las normas para permitir que los trabajadores tengan la opción de aportar a cajas privadas, o autónomas, tal como existe en la actualidad en algunas profesiones liberales que permiten a sus asociados jubilarse mediante un plan propio. El nuevo sistema, del que tampoco se conocen detalles finos, no será en los hechos la vuelta de las AFJP, aseguraron los funcionarios que trabajan en el tema. Las fuentes oficiales admitieron que esta reforma es de las más complejas de impulsar. No solo porque deberá pasar por el Congreso, si no también porque para que tenga éxito deberían regularizarse las deudas que las cajas jubilatorias de varias provincias le reclaman a la Nación. El Gobierno hará equilibrio con los gremios para incluir en sus propuestas de campaña a una reforma laboral. El cambio de las leyes del trabajo se intenta realizar sin éxito desde la gestión de Raúl Alfonsín en adelante. El Presidente Milei afirmará que él podrá lograrlo. No romperá relaciones con la CGT. El vínculo entre la Casa Rosada y los sindicatos peronistas pasa por un buen momento.
La semana próxima empezará la llamada Mesa del Diálogo entre la CGT, el Gobierno y los llamados empresarios que representan al G6, es decir, a la Unión Industrial Argentina (UIA); a la Cámara de la Construcción; a la de Comercio; la Bolsa; los bancos; y la Sociedad Rural. La convocatoria busca encontrar consensos entre quienes plantearán disidencias en favor de los intereses que representan. Una quimera en la Argentina. La nueva reforma laboral que presentaría el oficialismo saldrá del diálogo y no del conflicto, afirmaron fuentes oficiales y de la CGT que están al tanto del plan libertario. El tiempo dirá.
El oficialismo suele apelar a anuncios de impacto que después se retrasan en su implementación. Aun se desconoce como se implementará en los hechos el «Plan Reformas», aunque la cúpula libertaria afirma que será la base de su táctica y estrategia electoral. Resta aun saber si LLA de Milei y el PRO de Mauricio Macri lograrán llegar a un acuerdo para unificar fuerzas en las legislativas. Todo puede pasar. El año próximo se peleará por el poder. Y en la Argentina, cuando se pelea por el poder, se pelea por el poder. A todo. O Nada.