A lo largo de la carretera departamental D 220, enormes carteles llaman a los automovilistas franceses a tomarse un descanso y disfrutar de un menú de cocina casera por un precio que a muchos hará parpadear dos veces. Los anuncios dirigen a los hambrientos viajeros hasta el hotel-restaurante Bellevue, situado en Bessines-sur-Gartempe, una pequeña ciudad rural del departamento de Alto Vienne, cerca de Limoges. Este local se ha hecho famoso en toda Francia gracias a una audaz iniciativa, que ha llevado el nombre de su propietario, Laurent Berger, a los titulares de las mayores cabeceras del país.
El propietario de este restaurante de la región de Haute-Vienne ha conseguido evitar el cierre con una ‘fórmula anticrisis’ que ofrece un completo menú por el económico precio de 10 euros, una medida desesperada que ha salvado al negocio de la quiebra y que le ha asegurado decenas de cubiertos cada mediodía de la semana.
Laurent Berger se hizo cargo del restaurante Bellevue, situado al borde de esta carretera departamental, en el año 2022. Desde entonces, han vivido épocas de enormes dificultades, con pérdidas económicas constantes por culpa de la falta de clientela, hasta el punto de llegar a plantearse la liquidación forzosa. Este menú les ha salvado por completo, pasando de servir menos de diez comidas al día a llegar a los 70 comensales por jornada.
“Es una lucha diaria, pero merece la pena”, asegura este restaurador nacido en París en una entrevista con L’Independant. Este completo menú, con un precio fijo de 10 euros, incluye entrante, plato principal, postre, café y copa de vino y se sirve todos los mediodías de la semana. En el recetario, platos de cocina casera tradicional, con toques mediterráneos, que incluye ensaladas, piezas de carne y pescado, platos de cuchara y postres caseros.
Para crear las recetas que se sirven cada jornada, el propietario del restaurante busca productos a precios ajustados, tratando de mantener una media de gasto de unos 3,50 euros por comensal. “Hay que comprar productos próximos a su fecha de caducidad, para conseguirlos más baratos, y luego negociar hasta el último céntimo. Voy hasta el último céntimo”, explicaba Berger durante la entrevista.
La noticia de esta atractiva oferta comenzó a difundirse poco a poco por los alrededores del restaurante. El propio Laurent dirigió una auténtica campaña de comunicación, distribuyendo folletos sobre su ‘menú anticrisis’ a los más de 1.200 empleados de las empresas vecinas a su local. A día de hoy, las mesas del restaurante se llenan a diario de trabajadores en su hora de descanso y jubilados que buscan disfrutar de una comida casera a precios muy ajustados. «Cuando entran por la puerta, vuelven. Y a menudo prueban el menú de 16 euros», dice el restaurador, que ha tenido que aumentar su plantilla hasta las seis personas y que planea replicar el modelo en otros lugares.