lunes, 7 abril, 2025
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Martín Redrado: Donald Trump le puso el acta de defunción al multilateralismo

El economista y ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, analizó el impacto de la suba de aranceles a los productos que ingresan a Estados Unidos y señaló que es una maniobra que busca recuperar la hegemonía norteamericana. “Si tiene un efecto permanente, los riesgos o el balance de riesgos del mundo hacia una recesión y hacia un incremento de la inflación son muy altos”, dijo en Longobardi, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Martín Redrado es economista, presidente de la Fundación Capital. Anteriormente, fue presidente del Banco Central, vicecanciller y presidente de la Comisión de Valores.

Te pido simplemente en unos minutos una perspectiva general, tanto para la Argentina como para el mundo y para los propios Estados Unidos.

– Bueno, sin dudas, ayer el presidente Donald Trump le puso el acta de defunción al multilateralismo, es decir, a cualquier tipo de negociación entre grupos de países. A mí me tocó trabajar en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que ya estaba complicada en términos de negociaciones arancelarias. Esto le ha dado el acta de muerte a este sistema y hemos pasado a un sistema absolutamente bilateral, a una diplomacia política y económica absolutamente transaccional, que ha dejado atrás los valores y está basada absolutamente en intereses.

El presidente Trump se define a sí mismo como un gran negociador. Vos, que sos un fino observador de la realidad internacional, cada vez que el presidente Trump habla, utiliza la palabra «deal», que en inglés es negociación. Si esta fue una buena negociación, una mala negociación… es decir, todo lo mide en términos de negociación. Por lo tanto, lo que ha planteado ayer es que todos los países tienen que venir a negociar con los Estados Unidos, en una visión bastante hegemónica hacia delante de su propio país.

Y lo que está detrás de esto, el telón de fondo de esto, a mi entender, es la tensión geopolítica con China. Entre una potencia consolidada, que son los Estados Unidos, y una potencia emergente que está generando tensión, que ha generado también avances en otros continentes. Por ejemplo, de China en América Latina, de China en África, de China en Asia. Y bueno, Trump trata de recuperar terreno.

Y también buena parte del establishment intelectual americano sabe que es la verdadera competencia hacia delante en todos los campos: económico, político, militar, de ciberseguridad, que es una de las hipótesis de ataques o de tensión mundial hacia adelante.

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Así que se ha planteado no solo que esto sea una negociación país por país arancelaria, sino que Trump tratará de buscar otras ventajas que le permitan posicionarse mejor frente a esta tensión con China. Por supuesto, en el corto plazo, lo que genera es el escenario de mayor inflación, por supuesto, por aumento de costos y de recesión. Es decir, la caída de precios que hemos visto en las materias primas, como se mencionaba recién, el petróleo, la soja, indican, por lo menos, un escenario recesivo hacia adelante.

El propio Banco Central de los Estados Unidos ha bajado medio punto su proyección de crecimiento para la economía norteamericana, de 2,2% a 1,7%. Tenemos que diferenciar si este fenómeno, y esto lo digo siempre para cualquier política pública, tenemos que diferenciar si este fenómeno es transitorio o es permanente.

Es decir, si Trump se para aquí a negociar con cada país y empieza a reducir aranceles mañana a partir de negociaciones que haga en forma bilateral, o realmente esto tiene un efecto permanente. Si tiene un efecto permanente, los riesgos o el balance de riesgos del mundo hacia una recesión y hacia un incremento puntual de la inflación son más altos.

– En el caso argentino, ¿tenés alguna consideración especial respecto de lo que nos complicaría?

– Bueno, en el caso argentino siempre hemos tenido un déficit crónico. El año pasado tuvimos un pequeño superávit que tiene que ver también, primero, que Argentina tuvo una fuerte recesión y, por lo tanto, caída de las importaciones, no solo de los Estados Unidos, sino de todo el mundo. Y también, sí, que Argentina mejoró su balance energético. Entonces, nosotros importábamos barcos de gas natural licuado de los Estados Unidos, y ahora ya no más. Y por lo tanto, ahí sí hay un cambio estructural.

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Lo importante, yo diría, para Argentina, y también para los países de América Latina, es cómo se forman las nuevas cadenas de suministro que necesita los Estados Unidos, las nuevas cadenas de producción. Voy a un ejemplo en particular: la industria automotriz, por ejemplo. Estados Unidos va a dejar de mirar al Asia Pacífico y va a mirar hacia América Latina, hacia países que sean aliados o amigos en términos de producción de sus propias industrias, digamos, de cómo abastece sus propias industrias. Con lo cual, estará en la inteligencia del sector privado argentino y también del sector público argentino qué negocia a cambio de reducción de aranceles en los Estados Unidos.

Y sepamos también que esta negociación no va a ser solo de aranceles, sino que Estados Unidos está muy interesado en minerales críticos o en tierras raras, como lo ha mostrado en su negociación con Ucrania. Por lo tanto, Argentina tiene minerales críticos, algo para negociar. Pero, por supuesto, lo que tiene que negociar a cambio, con la misma visión de Trump, es cómo genera más empleo y cómo genera más producción en la Argentina.

Cada negociación que hagamos en este mundo bilateral y regido por una diplomacia transaccional, lo que debe hacer cualquier gobierno es demostrarle a los propios argentinos que cada negociación con Estados Unidos, con Asia Pacífico, con cualquier país, genera más empleo y genera más dólares para nuestro país. En ese mundo vivimos.

MC

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