Alrededor de las 15:50 horas de este viernes, la Comisaría Segunda de Esquel recibió un aviso vía radial informando que trabajadores civiles, que realizaban tareas de tendido eléctrico en el camino hacia la zona recreativa «La Hoya» (en un sector conocido como Curva de los Guanacos), habían encontrado lo que inicialmente describieron como un «mortero».
A las 17:10 horas, personal de la División Explosivos de Esquel, junto con efectivos de la Comisaría Segunda, se desplazaron hasta el lugar. Según los informes, el área podría pertenecer a una zona militar. Al llegar, personal del Ejército confirmó que efectivamente se trataba de una zona de su jurisdicción.
Una vez autorizada la intervención por parte de los militares, el equipo de la División Explosivos procedió a asegurar la zona y a inspeccionar el artefacto. El proyectil, visible a simple vista a unos cinco metros de la ruta, fue fotografiado y medido antes de ser limpiado. Tras una evaluación más detallada, se constató que se trataba de un proyectil no explosivo (UXO) de artillería calibre 75mm, con un aro de forzamiento estriado, y que parte de su base estaba enterrada.
El personal especializado procedió a realizar una remoción segura del artefacto y, luego de esperar un tiempo prudente de 30 minutos, se acercaron nuevamente para verificar el estado del proyectil. En este proceso, se observó que la espoleta de nariz era del tipo de percusión, pero carecía de la aguja percutora. Como medida preventiva, se decidió levantar el proyectil y ponerlo a resguardo para su posterior destrucción controlada.
La fiscal federal Guadalupe Gómez estuvo a cargo de las actuaciones judiciales relacionadas con el incidente.