miércoles, 23 abril, 2025
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La casa no está en orden


Milei con el respirador artificial de los dólares del Fondo repite la misma receta que ya fracasó. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite todos los sábados de 12 a 14 por Radio Con Vos 89,9.

Sábado 19 de abril 13:43

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  •  Flota en el ambiente una sensación de deja vú, de esto ya lo viví, ya lo escuché, es más, ya sé cómo termina. Entre otras cosas porque fue lo que pasó hasta hace 15 días o un par de semanas y terminó muy mal.
  •  Porque, a ver, lo que se acabó el viernes pasado, es decir, el anterior cuando el Gobierno anunció la nueva banda de flotación del dólar oficial fue la expresión de un fracaso rotundo del esquema de Javier Milei y “Toto” Caputo.
  •  Es importante remarcar esto porque el lunes, el martes y esta semana corta, ante el movimiento “moderado” del dólar, ya se empezaron a escuchar voces que decían: “Bueno, hay que ver si no hay que reconocer que el Gobierno hizo algunas cosas bien, si esto de alguna manera puede funcionar y volvió a circular esa pregunta que es, a esta altura, es casi una profesión de fe: ¿Y si funciona?
  •  Bueno, no funcionó y no va a funcionar. Primera definición más general: cuando un Gobierno (en cualquier parte del mundo) va a pedir la escupidera al FMI es porque fracasó. Acá o en la China (aunque a China, algunas cosas hoy se le pueden poner difíciles porque está en el centro de la disputa geopolítica más importante que hay a nivel internacional). Cuando ese país es el más endeudado del mundo con el organismo por lejos, ese fracaso es doble o triple.
  •  Cuando el Fondo impone un cambio de la política y obligar a echar por tierra con todas las promesas que venía haciendo el Gobierno (no devaluar, etc.) la derrota es mayor. Y cuando ese cambio golpea al corazón de tu promesa electoral que se venía cumpliendo relativamente y con métodos artificiales, ese fracaso es descomunal.
  •  ¿Por qué deja vú? Porque bueno con la montaña de dólares que el Gobierno recibió del Fondo volvieron a relanzar la misma hoja de ruta que estuvo a nada de terminar en colapso: dólar artificialmente planchado (que favorece la fuga, empeora la balanza comercial) no cierra el grifo de salida porque el que se fueron todos los dólares anteriores (provenientes del blanqueo, del superávit comercial); con las tasas de interés altas que impulsan nuevamente el, a esta altura famoso, carry trade (dólares que vienen, se pesifican por un tiempo, ganan con la tasa de interés y se dolarizan cuando el esquema se agote y ayudan a su agotamiento).
  •  Muchas veces en el análisis político a mi me sorprende que los acontecimientos se interpreten exactamente al revés de cómo realmente son (bueno, toda interpretación es política). Entonces se dijo que el blindaje en dólares y el respaldo político (con la venida del secretario del Tesoro de EEUU) era una señal de un “triunfo” del Gobierno, cuando, en realidad, la dimensión del respaldo económico-político devela que tan cerca estuvo de hundirse, de que su esquema no solo fracase, sino que vuele por los aires.
  •  Y en este punto entra una dimensión geopolítica: tanto para el FMI como para EEUU, la Argentina es importante porque está entre los Gobiernos del mundo que están 100 % alienados y repite que van aplicar un programa como los que siempre pide el Fondo Monetario y más. Si esto fracasa mal, el escenario es incierto porque venimos de dos experiencias (la del PRO y la del Frente de Todos) que fueron ampliamente rechazadas, entonces se puede abrir rápidamente un escenario para nuevas propuestas le opongan a la radicalidad de Milei, una radicalidad inversa. Por lo tanto, es muy peligroso “dejarlo fracasar”, pero también es difícil “salvarlo” con las mismas recetas que siempre llevaron al hundimiento, aunque al principio vengan con algo de fondos frescos. Esa es la paradoja o el problema que ellos tienen.
  •  En esa misma dimensión, que Argentina se haya vuelto importante para los EEUU, para que adopte tamaño compromiso con esta camarilla de aventureros, habla de la crisis de hegemonía de EEUU (que se expresa en los vaivenes delirantes de Trump) de la pérdida de peso del imperio en el mundo y no del aumento de la importancia de la Argentina en el ajedrez de intereses de los yanquis.
  •  Pero, además, digo deja vú por lo que pasó en la historia reciente del país. Miren a quien voy a citar para graficar esto: a Carlos Rodríguez. Sí, funcionario menemista, exviceministro de economía, fundador de Universidad del CEMA (ultraneoliberal). Ayer posteó en X lo siguiente: “En Argentina, cada vez que asume un gobierno pro-mercado, ocurre una importante entrada de capitales. El Tipo de Cambio se va a un piso que no es compatible con una economía capitalista diversificada. Pasó con Martínez de Hoz, pasó con la Convertibilidad, pasó con Macri y pasa ahora con los Libertarios (Blanqueo y Carry Trade). En las tres primeras experiencias pasó lo mismo: el atraso cambiario se convirtió en la espada de Damocles del Plan y se generó un disgusto social incontenible. La cuarta experiencia está en marcha y presenta por ahora los mismos desarrollos que las tres anteriores. El atraso cambiario convierte al país en un país caro respecto de los vecinos y del referente Miami (deme dos). Como respuesta a los precios caros en dólares (y a su ideología) el gobierno abre la economía y eso crea desempleo y cierre de empresas, ya complicadas por el atraso. El campo y la industria se vuelven opositores del gobierno, o al menos dejan de apoyarlo como hacían al principio del Plan. A eso se suman los Gremios que se oponen siempre a cualquier gobierno que no sea populista. Finalmente, el gobierno, debilitado, cae o no es reelecto (Viola, de la Rúa, Macri)”.
  •  A esto hay que agregarle que el dólar planchado es un “dólar político” (intervenido por una orientación del Estado), apreciado para que vuelva a servir como ancla de la inflación y como soporte de una nueva fiesta especulativa. Una especie de nueva estabilidad artificial, de laboratorio con la que buscan mejorar las chances electorales del oficialismo.
  •  Después el mismo Carlos Rodríguez dice que esto culpa de “la falta de flexibilidad laboral y un mercado de capitales imperfecto por tener muy débiles derechos de propiedad”. Obvio, una salida bien liberal, capitalista que siempre considera que el problema son los derechos de los trabajadores.
  •  El tema es que el Fondo piensa parecido porque, además de las metas de acumulación de reservas vuelve a proponer una reforma laboral, una reforma previsional y una tributaria. Porque creen que lo que se hizo estuvo bien, pero fue poco; el ajuste fiscal fue necesario, pero no suficiente. Otro símbolo de que el Fondo no viene a felicitar lo que se hizo, sino que viene a financiar lo que falta y que consideran que es lo más importante.
  •  Volviendo al deja vú: la cuestión es que la historia se repite igual. Se viene de una experiencia de un año y medio del ajuste que —supuestamente— iba a terminar con todos los ajustes (como las guerras que siempre se convocaban para “terminar con todas las guerras”). Después del ajuste ofrece más ajuste con cada vez más amplios sectores que no quieren perder más (lo vimos en el paro general o en los reclamos de los choferes de la UTA, o de los gremios que reclaman paritarias). A la inflación nunca terminada de domar, ahora se le suma más inflación y al deterioro general, más deterioro general. El Gobierno está uniendo un amplio frente social en su contra. La cuestión es si nuevamente se va a utilizar toda esa fuerza para los ritmos rutinarios de la política electoral (“hay 2027”) que ya se demostró impotente o se va a fortalecer una propuesta para derrotarlo.
  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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