Cristina Kirchner convocó el martes pasado a dirigentes peronistas en la sede nacional del PJ y algunos plantearon el debate sobre la efectividad del desdoblamiento en Buenos Aires que promovió el gobernador Axel Kicillof.
Era un señalamiento esperable, votar dos veces –y sin plexo nacional explícito en una de ellas– en este contexto de penuria de participación es, más allá de consideraciones políticas, asumir riesgos inútiles.
Dado el sesgo de clase del ausentismo que gana intensidad a medida que desciende el nivel económico social, desdoblar elecciones también es reforzar ese mecanismo de “voto calificado estructural”.
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Votar dos veces (caso inédito en Buenos Aires) perjudica al peronismo, por su base electoral aún sobrepoblada de sectores vulnerables.
Ya en cuatro elecciones provinciales y en CABA (el 23% del padrón nacional), vimos que a mayor vulnerabilidad social más ausentismo electoral.
Se trata de un “voto calificado estructural”: El voto positivo crece hacia la cima de la pirámide de estratificación social. El sueño húmedo de la ultraderecha: Que sólo voten los “propios”.
Vean el mapa de CABA, desagregado en barrios y el nivel de ausentismo en cada uno de ellos en las elecciones legislativas pasadas.
Es fácil observar que en el centro-sur socioeconómicamente más postergado, la concurrencia a votar cae fuerte en un contexto de ausentismo general.
Convocar a elecciones múltiples, a nivel provincial y nacional, parece ser una mala decisión, en particular para el oficialismo provincial dado el sesgo de clase del ausentismo y la caída en la motivación del voto que se observa en general y muy intensamente en los sectores vulnerables.
Así las cosas, unificar elecciones y “militar” barrios populares parece ser conceptualmente acertado para evitar el sesgo vulnerable del ausentismo.
En perspectiva territorial, para “militar” los barrios, el “Método de construcción territorial para el Conurbano: el caso Hurlingham”, resultó eficaz en anteriores elecciones y podrá al menos atenuar el sesgo de clase del ausentismo.
Señalan los responsables del método: Casa por casa … La visita es un elemento indispensable del método: es el momento de consolidación del vínculo entre el militante y el vecino (que, si todo sale bien, se convertirá –formación mediante– en el vínculo militante-militante que es la organización misma) … Ya no se trata del anonimato sorprendente, a veces casi evangélico, que exhibe la militancia cuando golpea una puerta por primera vez. Ahora se perfilan dos caras que empiezan a reconocerse.
Para agregar perentoriedad al análisis, recordemos que tras la unificación bonaerense de LLA/PRO, vale el apunte de María Eva Koutsovitis al analizar las elecciones en CABA: Si se suman los votos de los que participaron en esta interna a cielo abierto entre LLA y PRO, da como resultado que UxP perdió en todas las comunas…
El espacio de Leandro Santoro mantuvo +/- 30 mil votos de los conseguidos en las legislativas de 2021 y en las PASO de 2023. Con relación a la elección general de 2023, perdió 132 mil votos. La unidad de la LLA y el PRO vencerían tranquilamente en todas las comunas de no existir un cambio de estrategia en la oposición.
Finalmente: Ante la unificación de LLA/PRO en provincia de Buenos Aires y visto lo acontecido en el 23% del padrón electoral que ya votó en cuatro provincias y CABA, dos cuestiones surgen como discusión.
1- La eficacia del desdoblamiento electoral, dos elecciones en un contexto de ausentismo con sesgo de clase, a nuestro juicio perjudicial para el oficialismo provincial.
2- La necesidad de “militar” los barrios populares a fin de que el vínculo entre militantes y vecinos pueda intentar quebrar el efecto de apatía electoral instalado en los sectores vulnerables.
*Director de la Consultora Equis.