La sede de Matheu se convirtió en estos días en el epicentro de un PJ revitalizado, que encontró argumentos para salir a la calle, para volver al ruedo. Cumbres permanentes que tienen un fin de cortísimo plazo, como la mega movilización que se prepara para el miércoles a Comodoro Py, y uno de corto plazo, como las elecciones bonaerenses de septiembre y, luego, las nacionales de octubre.
“Si los gremios movilizan lo que están diciendo, va a ser histórico”, se entusiasman en el peronismo. Llegarán a los tribunales federales no solo la militancia de la ciudad y el conurbano, sino que referentes territoriales de todo el país fueron conminados a acercarse al fogón. Por eso, empezó a circular la versión de que la Justicia atendería la solicitud de los abogados de la expresidenta y que se le daría la prisión domiciliaria sin necesidad de que pase por Retiro. La marcha se realizará de todos modos, la organización será una muestra de músculo que apuntará a planos amplios desde drones, que quedarán para la posteridad.
Hasta ahí, todos de acuerdo.
Polarización, fantasía y realidad
Inclusive el Gobierno encontró un método para salir del paso. Silencio sobre el fallo de la Corte, alimentado también por la gira europea y por Medio Oriente de Javier Milei. Son dos mensajes, un explícito y otro implícito. El explícito: LLA no interfiere en la Justicia. El implícito: en tal caso, miren a Mauricio Macri.
“Ellos saben que no tenemos nada que ver, que ese entramado responde a Mauricio”, dicen en los pasillos, cada vez menos transitables, de la Casa Rosada. Y mientras un sector del oficialismo se entusiasma colgarse la cucarda de la demanda antiperonista de ver a Cristina presa, otro mira con preocupación el reordenamiento del PJ y las mayores dificultades para polarizar, estrategia de campaña que mejor le calza a los libertarios.
En ese marco, ya hay voces que recalibran, la idea de “kirchnerismo o libertad” que le dio éxito a los violetas en CABA se mantendrá bajo la idea de que “kirchnerismo” no es necesariamente Cristina, sino que se le adosará el mote a cualquier dirigente que se oponga a Milei, radicales incluidos.
En el PJ, en tanto, miran más allá del miércoles. Los cierres de listas y lo que sigue. ¿Dejarán que el liderazgo fortalecido de Cristina tome las riendas definitivamente? Un dirigente peronista de una provincia del norte, hastiado de la interna bonaerense, analizó: “El ganador es Axel, que mató con cuchillo prestado. El perdedor, es Máximo, que se queda sin poder y sin plata. Y el peronismo, además de 20 verdades, es poder y plata”, señalaba.
Aunque emerge naturalmente por su potencial electoral, no será camino allanado para Kicillof. Señales de estos días: recibió dardos no solo de Cristina sino también de Sergio Massa, ambos llamaron a un proyecto “sin personalismos”. También fue excluido de la cumbre del jueves bajo el pretexto de que “los gobernadores están citados para otro día”, como le comunicó José Mayans.
En La Plata bajan el tono y aseguran que son momentos de “demostrar madurez”. En la práctica, de proyectarse hacia 2027, el gobernador recibirá la presión para que se posicione frente a un eventual indulto, una medida que espanta a todo el arco no peronista, necesario para ganar elecciones. Serán momentos de mostrar cintura y determinaciones.
El resto del PJ no K también muestra cautela. Ni 17 de octubre, ni Puerta de Hierro, ni Gaspar Campos. Muchos imaginan que una vez que empiece a correr la condena, se irá apaciguando la efervescencia que intenta acomodar cada hecho actual a los avatares del propio Perón. Una centralidad de Cristina que no se esfumará pero que tampoco será sin fisuras ni exenta de tensiones. “Los peronistas estamos acostumbrados a ir a los velorios, pero no arengamos al muerto”, expresaba un dirigente no K, que estuvo en Matheu el martes, el día del fallo de la Corte.
La vivienda de Constitución, en ese prisma, irá menguando en la presencia de la militancia. Los trabajadores del conurbano no fatigarán espontáneos hasta las fuentes de Plaza de Mayo. No todos esperarán las bendiciones para asomar la nariz. Son hipótesis que buscan acomodar las fantasías al plano de la realidad: una sociedad indolente, identidades colectivas difusas, símbolos desconocidos las nuevas generaciones, un liderazgo que venía siendo discutido. Está por verse si hay un reverdecer de la mística perdida.
También los gremios tendrán un papel clave. En especial en torno a la movilización del miércoles, cuya responsabilidad organizativa fue delegada, en paralelo, en el PJ porteño, donde Juan Manuel Olmos, Víctor Santa María, Guillermo Moreno y Juan Manuel Abal Medina firmaron una pax momentánea. La CGT tuvo una posición zigzagueante respecto al kirchnerismo, pero aportará todo lo necesario para masificar la marcha. Aunque el martes, tras el fallo, no generó ninguna conmoción en la calle. “No es para poner la cabeza y hacerse detener. El kirchnerismo nunca se portó bien con los presos. A Boudou lo dejaron tirado, al gordo D’Elía lo mandaron un pabellón común”, razonaba un dirigente sindical, sobre la medida reacción al fallo de la Corte.
Unidad y oposición
El reordenamiento del mapa político no se puede anticipar. Los hechos son prematuros y las consecuencias, inciertas. Sí hay lineamientos inmediatos, como la búsqueda por generar un frente amplio en contra de Milei, posición que pregona Sergio Massa (lo reiteró este sábado en un plenario del Frente Renovador), promotor de la unidad y posible candidato en la provincia de Buenos Aires.
El otro eje es acentuar el perfil opositor en el Congreso. Desde Unión por la Patria se intentará avanzar con proyectos e iniciativas que incomodan a los libertarios. No será en soledad, sino con una mayoría heterogénea, que incluye a radicales díscolos, lilitos y dirigentes de los bloques federales. Concentrar esos apoyos es una tarea central para poder traducir el número mayoritario de bancas en victorias parlamentarias.
El mandato de Cristina a los senadores, el mismo martes de la condena, fue reconstruir los lazos de representación con la sociedad. Esa debilidad es para el peronismo la explicación del ascenso de Milei, del outsider anti casta que capitalizó el sentimiento de desdén a la política. Y, asimismo, la experiencia del calendario desdoblado en las provincias marca que el descontento con el Presidente (que sigue siendo de todos modos el político mejor valorado, según la última encuesta de Mangement&Fit) no traslada votos al PJ, sino que se expresa en forma de ausentismo electoral. Volver a sembrar ese campo, con paciencia, es otra tarea ineludible para el PJ.
El miércoles pasado los senadores de UP recibieron a los médicos del Garrahan, en una actitud de escucha que se ampliará a cada sector castigado por la motosierra. La Cámara alta buscará destrabar proyectos que tienen media sanción, como las leyes para incrementar salarios a los jubilados, reinstaurar la moratoria previsional o la emergencia en discapacidad.
En lo inmediato, será Comodoro Py la Normandía del peronismo. Pero, pasado el desembarco, volverán a emerger las incógnitas.