Tal como había anticipado el equipo económico, desde este jueves el Banco Central dejó de renovar las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) en la antesala a un nuevo esquema monetario en la «Fase 3» del programa económico.
Desde el lunes, el Central ya no fijará la tasa de política monetaria, sino que pasará a ser «endógena», es decir, la pondrá el propio mercado.
Para calibrar la liquidez en pesos de las entidades, el organismo tomó dos decisiones clave: por un lado, flexibilizó momentáneamente los requisitos de efectivo mínimo en los bancos, mientras que por otro autorizó a las entidades a diversificar el financiamiento que pueden ofrecerles a sus clientes.
El directorio del organismo que preside Santiago Bausili dispuso este jueves una flexibilización, por la que se le permite a las entidades financieras trasladar el exceso de integración de efectivo mínimo en promedio en pesos que registren en los períodos comprendidos entre julio y octubre de 2025, de manera no acumulativa, a la posición del mes siguiente a la que generó el exceso.
Según explicaron fuentes del Central, esta medida busca facilitar a las entidades financieras la administración de su liquidez, en el marco de la transición a la Fase 3 del programa económico.
La apuesta es que los bancos redireccionen los pesos alojados actualmente en LEFI, instrumentos que devengan un interés diario, a otras colocaciones en el mercado como cuentas corrientes, títulos del Tesoro o cauciones en pesos.
El desarme de las LEFI puede generar algún ruido en el mercado en las próximas ruedas. «Este exceso de oferta que en principio produjo compresión de tasas puede derivar en mayor colocación de lecaps del Tesoro en próximas licitaciones, mayor oferta de pesos dejando estructuralmente baja la tasa de la caución y de las lecaps y/o incluso puede generar algún grado de mayor demanda de dólares», sumaron en Aurum.
La pregunta de la City es cómo harán los bancos para garantizar los rendimientos de su liquidez. Con el objetivo de sostener la rentabilidad de los bancos en este nuevo escenario, el Central introdujo una nueva flexibilización.
Mediante la Comunicación A8276, el organismo decidió permitir «que los bancos puedan imputar dentro de la ampliación vigente del límite de la posición global neta positiva de moneda extranjera (25 % de su responsabilidad patrimonial computable) a las financiaciones en pesos con retribución variable basada en la variación de la cotización del dólar estadounidense (dollar linked) cuyo destino no sean actividades vinculadas al comercio exterior».