jueves, 21 agosto, 2025
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Confesiones escandalosas en medio de un campo minado

La disputa electoral organiza todo lo que ocurre en la vida pública. En especial, la actividad parlamentaria. Las posiciones de cada diputado o senador en el Congreso están determinadas por el lugar en que ese legislador quedó en la oferta electoral que se definió el fin de semana pasado. La demostración más expresiva era este miércoles el alineamiento de las fuerzas políticas con representación en la Cámara de Diputados en relación con los vetos de Javier Milei.

El Gobierno mira ese campo de batalla con el optimismo del que presume una victoria. Y es muy posible que tenga razón. Pero como ocurre siempre que una fuerza oficialista se encuentra sin el desafío real de un adversario, la agresividad se vuelve endogámica. Hoy el conflicto interno de La Libertad Avanza preocupa a las figuras más sensatas de gabinete. La filtración de las escandalosas infidencias atribuidas al director de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, revelando un supuesto sistema de coimas que llegarían a Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem, es el ejemplo más reciente. El principal problema de esa querella interna es que, al parecer, no se puede detener.

Las confesiones de Spagnuolo, un amigo de Javier Milei que, además, fue su abogado, salieron a la luz en el peor momento. El funcionario habla de un sistema de sobornos en la contratación de laboratorios farmacéuticos. Una novedad maldita, porque esas prácticas se llevarían a cabo en la oficina dedicada a la política de atención de discapacidades. Y la acusación salpica a Lule Menem, pariente y protector del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Justo cuando La Libertad Avanza debía defender en esa misma Cámara un veto en el que Milei intentó defender un recorte en el presupuesto para discapacidad. Este miércoles, en la Cámara que conduce el menor de los Menem se formó una mayoría de dos tercios, 172 votos, que anuló la medida del Presidente. El enfrentamiento de Milei con el Congreso en esa materia venía con el paso cambiado. El lunes pasado, el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, había concedido un amparo a los padres de chicos que reclamaban prestaciones que se verían afectadas si el veto de la Casa Rosada se mantenía.

En medio de la campaña electoral, la oposición a un recorte en el gasto destinado a personas con capacidades disminuidas es una bandera a la que es muy difícil renunciar. Aun cuando en esa área se acumulan irregularidades desde hace décadas. Pero más allá de lo simpático que pueda ser el rechazo al veto, la forma en que el oficialismo negoció la integración de sus listas agregó dificultades. ¿Cómo pedirle a Rodrigo De Loredo que asuma posiciones antipáticas cuando desde la Casa Rosada le negaron la primera candidatura a la diputación por Córdoba, que le había prometido el sibilino Lule Menem? De Loredo es el presidente del bloque radical. A María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, de Pro, tampoco se le puede reclamar solidaridad: fueron vetadas como aliadas por Karina Milei. Consecuencias de la competencia porteña de mayo, en la que Lospennato enfrentó a Manuel Adorni, con Vidal como estratega de su proselitismo.

Las decisiones electorales del comando libertario se enajenaron también la buena voluntad de algunos gobernadores que, hasta anteayer, eran aliados. Es el caso del salteño Gustavo Sáenz, quien debe soportar que la candidata de La Libertad Avanza, Emilia Orozco, junte votos insultándolo en los peores términos. La asociación con el tucumano Osvaldo Jaldo también está rota: Milei se quedó en esa provincia con los votos de su propio partido y del disidente radical Mariano Campero.

Ninguno de estos alejamientos estaba fuera de las previsiones. En cambio, la consecuencia más dolorosa de los desencuentros en el armado de listas para octubre se presentó en el seno de La Libertada Avanza: tres diputados de esa fuerza esperaron el tratamiento del veto a la emergencia de discapacidad para decir adiós. Son Marcela Pagano, de la provincia de Buenos Aires; Carlos D’Alessandro, de San Luis; y Gerardo González, de Formosa. Comandada por Pagano, esa fuga es una puñalada a su peor enemigo: Martín Menem.

Sobre esta endiablada cartografía electoral se implantaron los dichos de Spagnuolo. Un detalle: D’Alessandro arguyó que dejaban a Milei enojados por la corrupción. Pagano se refirió al mismo motivo. ¿Hay algún hilo invisible que une esta fractura de La Libertad Avanza con las expansiones del director de Discapacidad? Tarea para el hogar de quienes quieran despejar incógnitas. Las afirmaciones de Spagnuolo tenían el carácter incierto que enturbia siempre a las grabaciones obtenidas de manera clandestina. Pero este miércoles ingresaron en la arena institucional. Fue cuando Ricardo López Murphy, que es candidato en la ciudad de Buenos Aires, preguntó desde su cuenta de X: “¿Alguien va a explicar el escándalo de coimas millonarias que reveló Diego Spagnuolo, funcionario del Gobierno nacional? ¿Dónde están Karina Milei y los Menem?”. Gregorio Dalbón presentó una denuncia penal por ese caso. Es el abogado de Cristina Kirchner, principal blanco del discurso anticorrupción de La Libertad Avanza.

En todos los ámbitos de la vida colectiva suelen ocurrir enfrentamientos irreconciliables. Son malsanos por muchos motivos. Uno de ellos es que, cuando esas peleas son automáticas, permiten que terceros en discordia saquen ventaja sin costo alguno. Si todo lo malo que le pasa a A es atribuido a B, puede aparecer otro actor, C, que ataque a B sin costo: la agresión siempre se le va a atribuir a A. Es lo que está sucediendo con la enemistad entre el Mago del Kremlin, Santiago Caputo, y Lule Menem. Por no decir entre Santiago Caputo y Karina Milei. La filtración de las supuestas grabaciones de Spagnuolo se le imputa a Caputo. Entre otras cosas, porque es quien controla la SIDE, que suele ser la usina de experimentos de ese tipo. “El Mago” paga ahora algunas ocurrencias que le escucharon hace muchos meses funcionarios de Milei. Por ejemplo, que “debemos convocar a los malos para defendernos”. En las últimas semanas comenzó a circular, con sospechosa insistencia, la noticia de que el verdadero jefe de los servicios de Inteligencia es hoy el tenebroso Antonio “Jaime” Stiuso, convocado por Caputo. Como decía el filósofo menemista: “Blanco más jarra, leche”. Sin embargo, gente muy bien informada, asegura que Caputo no tuvo nada que ver con la ventilación de estas miserias. Tampoco Stiuso. Sería el típico caso de la intervención de un tercero que medra con la pelea entre “el Mago” y los Menem.

Más allá de cómo sea la historia verdadera de estos episodios, la divulgación de los gravísimos dichos adjudicados a Spagnuolo, tan dañinos para Karina Milei y Lule Menem, se cree impulsada por Caputo. La animadversión entre “El Mago” y Lule es acérrima y, por lo tanto, vuelve verosímil esa imputación. El “triángulo de ¿hierro?” está muy desvencijado.

Si el juego es proponer teorías conspirativas, no hay que descartar una distinta: ¿el entrañable “Pucho” Cristian Ritondo estará festejando el esmeril que desgasta al apellido Menem? Sus amigos afirman que ya tiene asegurada la presidencia de la Cámara de Diputados para el 10 de diciembre. Lo habría hablado con Milei. De ser así, ¿cuál sería el destino de Martín Menem? Alguien tan ligado a la hermana del Presidente sólo podría ser reemplazado de su cargo con una promoción hacia una posición superior. Más seguro que el ascenso de “Pucho” parece ser que el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, reemplazaría a Patricia Bullrich en Seguridad. ¿Luis Juez iría a Defensa en lugar de Luis Petri? También se escucha con insistencia esa versión.

Todo ocurre en un campo minado. Porque, más allá de quién filtró la catarsis de Spagnuolo, en la Casa Rosada deberían estar prevenidos de nuevos desahogos. No sólo porque él menciona chats con la hermana del Presidente. El funcionario habría depositado sus tribulaciones en el oído de varios amigos. ¿Les contó que Lule Menem lo visitó apenas llegó al cargo para ofrecerle colaboradores que él se negó a aceptar? Algo de eso se sugiere en las grabaciones. ¿Hubo después una convocatoria a la presidencia de la Cámara en la que Martín Menem ofreció los servicios de la droguería Suizo Argentina, “que podría ayudar”? Sería verdad, como dice en esos audios, que visitó al Presidente y le hizo conocer esas fechorías. ¿Es también verdad que Milei se enfureció contra los Menem? Lo que no aparece en las grabaciones, pero el funcionario habría revelado a varios interlocutores, es que después de ese domingo en Olivos habría sido invitado al despacho de Karina Milei. Allí, dicen, lo hicieron esperar un par de horas. Cuando lo recibió, la secretaria general le habría indicado: “No hables más con mi hermano. ‘Lule’ soy yo”. Bastaría con revisar el calendario para corroborar si después de esa reunión hubo cambios relevantes en la Dirección de Discapacidad. Es lo que dicen los confesores de Spagnuolo. ¿Habrá que creerles? Es probable que sí. Si no, ¿por qué renunció Spagnuolo?

Mientras la “casta” se entretiene con los audios, la Casa Rosada está inquieta por la rebelión parlamentaria. Guillermo Francos y Federico Sturzenegger se quejan, con razón, de que el mismo Congreso que otorgó facultades delegadas a los presidentes anteriores, por dos años, con derecho a prórroga, para materias extensísimas, apenas le cedió a Milei esas atribuciones por un año sin renovación en materias mucho más acotadas. Sturzenegger lo recordó en un artículo publicado en LA NACION, donde compara inclusive las ventajas que fueron dadas a Fernando De la Rúa, en una gestión de la que él mismo formó parte.

Milei y su equipo interpretan que la embestida de la oposición ampliada que se manifestó este miércoles en Diputados no está motivada sólo por la voluntad de producir acciones irreprochables para casi todo el electorado, como los beneficios a jubilados y discapacitados. Quienes no simpatizan con el Presidente lo identifican con una palabra: crueldad. Y la discusión de estas dos políticas alimenta ese discurso. Sin embargo, Milei mira más allá. Interpreta, acaso con acierto, que sus rivales leen bien a su administración. Es decir, interpretan que su principal activo electoral es haber revertido la inercia inflacionaria. Y que ese movimiento tuvo como palanca principal la reducción del gasto. Por lo tanto, recrear el gasto público es herir al Gobierno en el corazón de su estrategia de poder.

Si esa es la intención, este miércoles la oposición tuvo una derrota autoinfligida. El radical De Loredo y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, propusieron anular el veto de Milei de manera parcial. Contaban con un antecedente del año 2001. Es decir, insistir con lo resuelto por el Congreso votando con dos tercios el aumento del 7,2% de la jubilación mínima y la legalización del cálculo de actualización previsional. No consiguieron el apoyo de los demás rivales del Gobierno, que prefirieron ir contra todo el veto. Cometieron un error, porque calcularon mal su propia fuerza. Esa posición intransigente no obtuvo los dos tercios, a pesar de que la UCR y la Coalición Cívica se sumó a la oposición. Milei salvó su veto por un desacierto de sus adversarios.

Cuando se observa la propuesta electoral opositora, en especial la del peronismo bonaerense, la tesis de Milei, es decir, que quieren debilitarlo minando su política fiscal, se vuelve convincente. Para candidaturas tan modestas, la única táctica posible es boicotear el programa económico. La lista de Fuerza Patria es un intento fallido por disimular el conflicto interno de esa fuerza. La primera manifestación es la candidatura de Jorge Taiana presidiendo la boleta. Como sucedió con el peronismo en otra crisis, la de las luchas facciosas que determinaron la derrota de 1983, los Kirchner y Sergio Massa aceptaron la sugerencia de Axel Kicillof: postular a un “Luder”. Es Taiana.

Massa debe estar rumiando en estas horas si su relación con el kirchnerismo no llegó a su fin. ¿Por qué? Sencillo: Juan Grabois es el segundo varón de la boleta. Grabois amenazó con separarse de esa coalición si Massa encabezaba la lista. Fue una forma de disuadir a Massa. ¿Cristina Kirchner indujo a Grabois a formular esa amenaza para vetar al exministro de Economía? Es posible que no. Pero la duda está instalada en el corazón de Massa. Estas fricciones ayudan mucho a que el PJ pierda Buenos Aires en octubre. Sobre todo, porque los intendentes dormirán la siesta: no tienen representantes en las listas.

En cambio, en la elección adelantada del 7 de septiembre, los peronistas pueden aspirar a una victoria. No por la cantidad de bancas obtenidas. No por la cantidad de secciones ganadas. Pero sí por el volumen total de votos, que es lo que define una elección, más allá de las martingalas retóricas. Esa noche Kicillof tendrá derecho a festejar. Pero no más que esa noche. El 8 de septiembre se abrirá para él una discusión costosa. Estará expuesto a la enemistad con La Cámpora y con su jefa, Cristina Kirchner. Deberá resistir la ansiedad de los radicales, que verán reducida su presencia en la Legislatura a partir del 10 de diciembre. Algo parecido sucederá con Pro, subsumido en La Libertad Avanza. La etapa que se inaugura después de la elección provincial estará dominada por la aprobación del presupuesto y del endeudamiento provincial. “Va a ser un festín que pondría colorado al propio Osvaldo Mércuri”, comentó ayer un entendido, refiriéndose al ya fallecido y más que pragmático presidente de la Cámara de Diputados bonaerense durante el reinado duhaldista.

Kicillof tendrá demandas de todo tipo: cargos en el Banco Provincia, lugares en la Corte, representación en organismos descentralizados, más recursos para los intendentes. Además de otras prebendas, para las que alcanza con recordar a Julio “Chocolate” Rigau, el operador de cajeros automáticos. Como siempre, el adelantado en la percepción de estas urgencias es Massa. Desde hace ya dos semanas está dialogando con todos los cabecillas de la Legislatura. Quiere definir quién será el presidente de la Cámara de Diputados, que él maneja hoy a través de Alexis Guerrera. Son las preocupaciones conservadoras de alguien que entiende de su oficio y sabe, por lo tanto, que el invierno va a ser largo.

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