sábado, 25 octubre, 2025
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Increíble: un enjambre de abejas cubrió un vehículo en un corralón en pleno centro

Una escena tan llamativa como inusual sorprendió a los empleados de un corralón de materiales ubicado sobre calle Planas al 5000, en Neuquén capital. Cuando uno de los trabajadores salió a buscar su auto al terminar su turno, notó que cientos de abejas cubrían casi por completo el vehículo, lo que le impidió acercarse.

El hecho ocurrió en el estacionamiento del corralón Carlos Isla, donde varios empleados dejan sus autos durante el horario laboral. El conductor, que maneja uno de los camiones del establecimiento, fue quien se encontró con el insólito enjambre.

“Cuando salió al estacionamiento se encontró con el enjambre posado en su auto. Por suerte sabían que no debían tocarlo y me llamaron a mí”, contó Eduardo Cubitto, un apicultor retirado que acudió al lugar para realizar el rescate.

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Un enjambre en descanso, no en ataque

Cubitto, de 70 años, explicó que las abejas no eran peligrosas, ya que se encontraban “descansando” durante su traslado hacia un nuevo espacio donde formar colmena.

“Las abejas no son agresivas cuando están así, solo descansan. Probablemente se iban a quedar ahí no más de 24 horas”, señaló.

Según el especialista, este tipo de fenómeno ocurre cuando una colmena se sobrepasa en cantidad de abejas y nace una nueva reina, lo que provoca la división del enjambre.

“Seguramente estaban en algún tronco o poste de luz y, al producirse una superpoblación, se dividieron para formar otro grupo”, explicó.

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El rescate: “Una vez que entra la reina, las demás la siguen”

El apicultor llegó al lugar con el equipo necesario para realizar la tarea. En menos de una hora logró retirar a todas las abejas sin generar pánico ni picaduras.

“Una vez que entra la reina, las demás la siguen. Cuando están la mayoría adentro, tapás la caja y me las llevo al apiario”, relató.

El dueño del vehículo observó toda la operación sin miedo. “Por lo general no pican cuando están así, distinto es cuando están en su hábitat, donde hay abejas guardianas que defienden la colmena”, aclaró Cubitto.

El apicultor, que aún mantiene 10 cajones de abejas para producción de miel familiar, contó que realiza este tipo de rescates de forma voluntaria: “Ya estoy jubilado, pero sigo ayudando cuando puedo. En este caso fue fácil, pero no siempre es así. A veces están en techos o lugares altos donde lo mejor es esperar que se vayan solas”.

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