En cada diciembre, cuando las luces comienzan a encenderse y las calles de Comodoro Rivadavia se llenan de movimiento, hay ventanas que invitan a frenar la marcha y mirar con atención. Dibujos navideños hechos a mano, pinceladas delicadas sobre el vidrio y escenas que transmiten calidez en medio del viento patagónico.
Detrás de esas postales está Mariela Doria, una vecina de la ciudad que descubrió su vocación artística de grande y hoy se dedica a decorar algunas de las vidrieras y ventanales más lindas de la Navidad comodorense.
“Siempre me gustó la Navidad, siempre tuve el espíritu navideño presente desde chica”, contó Mariela en diálogo con ADNSUR. Aunque durante muchos años su talento estuvo ligado a la docencia y a distintas técnicas artísticas, fue recién en la adultez cuando se animó a darle forma a una idea que hoy se convirtió en su trabajo.
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Mariela es profesora de dibujo y de mosaiquismo, con una fuerte inclinación por el trabajo en vidrio. “Trabajo mucho el vitro mosaico, no la vitro fusión, sino pintar directamente sobre el vidrio. Dibujo y pinto todo a mano, con pincel y pintura”, explicó. Esa es, justamente, la marca distintiva de sus creaciones: no utiliza vinilos, calcos ni máquinas. Cada diseño nace del pulso, la inspiración y el momento.
“Un día empecé a hacer cosas en casa. Después me contrataron amigas, mi sobrina, y así fue creciendo. Más adelante me llamaron para hacer ventanales grandes y vidrieras de negocios”, relató. El boca en boca y las redes sociales hicieron el resto. “Mi hija subía lo que yo hacía y así la gente empezó a verlo. Muchos no saben que esto se puede hacer si no lo ven”, señaló.
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El resultado suele generar sorpresa. “Me pasó que mientras estaba trabajando, la gente se paraba a mirar. Me hacían gestos de que les gustaba. Es raro ver una ventana completa llena de dibujos navideños hechos a mano, no es algo tan común en Comodoro”, contó con entusiasmo.
Los motivos varían: desde clásicos símbolos de la Navidad hasta escenas completas que cubren grandes superficies de vidrio. Y aunque el trabajo parece complejo, Mariela lo vive de una manera muy natural. “Va mucho en el pulso y en la inspiración. A mí me surge en el momento. Capaz otra persona necesita planear mucho, pero yo me inspiro y sale”, aseguró.
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Además, aclaró que se trata de una decoración completamente reversible. “Cuando ya no lo quieren usar, se lava y sale sin problemas. No daña el vidrio”, explicó, lo que lo convierte en una opción atractiva tanto para casas particulares como para comercios.
En cuanto a los costos, Mariela indicó que dependen principalmente del tamaño del vidrio. “No es caro, arranca desde los 20.000 pesos en adelante, según el tamaño”, detalló.
Con la llegada de las fiestas, su deseo es claro: llenar de espíritu navideño cada rincón posible de la ciudad. “Me encantaría decorar casas y locales del centro o de cualquier barrio. Siempre estamos acostumbrados a poner lucecitas o guirnaldas, y esto es algo distinto, un proyecto lindo”, expresó.
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Quienes quieran conocer más sobre su trabajo pueden encontrarla en redes sociales: en Instagram y Facebook como @mari.eladoria, donde comparte fotos y videos de sus creaciones.
La historia de Mariela Doria es también la de muchas personas que se animan a reinventarse, incluso de grandes. Con pincel en mano y pasión por la Navidad, hoy le regala a Comodoro Rivadavia ventanas que invitan a soñar y a reconectar con el espíritu de las fiestas.