miércoles, 25 diciembre, 2024
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Streaming en la mira

Esta semana se instaló un debate sobre los límites de algunos streamers a partir de dos episodios que sucedieron. Uno de ellos tuvo lugar en Olga, uno de los canales más vistos y el otro en Neura, espacio que hizo conocido Alejandro Fantino.

Lo de Neura ocurrió en el programa de Sergio Figliuolo: un intento de humor negro sobre pedofilia por parte de un oyente y una desatención del contenido que se dispara al aire desataron un escándalo y repudio masivo. A tal punto, que echaron al productor responsable de poner al aire el contenido y Ale Fantino salió a hacer un descargo y comunicó el final del ciclo.

El segundo caso sucedió en Olga, en el programa “Mi primo es así”, integrado por Tomás (Toto) Kirzner, Martín Rechimuzzi, Evelyn Botto y Noelia Custodio. El incidente se produjo después de que Tomás Kirzner evocara una entrevista de Pepe Cibrián con Susana Giménez en medio del debate por la Ley de Matrimonio Igualitario hace 14 años. Seguro recordarán la exposición que Pepe realizó en el Congreso de la Nación donde su frase “¡habla marica!” se volvió viral y lo convirtió en una figura fundamental en el debate público. Así llegó al living de la diva, y expresaba en aquel entonces su angustia ante una situación que había vivido al entrar en contacto con una nena de cinco años que se prostituía en la calle para comer. Pepe, con su tono lorquiano le expresaba su deseo de ser padre, pero la burocracia y el prejuicio sobre las personas del mismo sexo en la adopción lo impedían. Y le decía a Susana: «Calle o Pepe», refiriéndose a la lógica estúpida de negarle la posibilidad a niños en estas circunstancias.

Tomás Kirzner imitó de manera burlesca a Cibrián, recreando el histórico momento, y las risas de los presentes en el programa añadieron tensión al conflicto. La reacción de Pepe Cibrián no se hizo esperar. Visiblemente indignado, el actor, director y dramaturgo salió al aire en mi programa “Intrusos del espectáculo” para criticar duramente el contenido de esta emisión, cuestionando la falta de respeto hacia su deseo de adoptar y la poca empatía con una niña víctima de explotación sexual infantil. Exigió, además, disculpas por las burlas. Previamente, Cibrián me había expresado su malestar con todos los integrantes del programa, tras recibir críticas y comentarios negativos en redes sociales. Durante la emisión, además, uno de los participantes, Martin Rechimuzzi alentó a los espectadores a dejar mensajes burlones en una publicación de Instagram de Pepe, lo que resultó en una serie de comentarios ofensivos que lo afectaron mucho, según contó en Intrusos.

Tomás Kirzner inicialmente ofreció disculpas por el chiste que había hecho en “Mi primo es así”, admitiendo que fue un comentario estúpido y sin sentido. Sin embargo, Pepe Cibrián no quedó satisfecho con las explicaciones y calificó las declaraciones de Toto como frívolas y exigiendo una disculpa más significativa.

En respuesta a las críticas de Pepe Cibrián, Toto Kirzner decidió retractarse durante una transmisión en el programa de streaming de Olga. Reconoció su error al banalizar un tema grave y expresó un sincero arrepentimiento por haberse burlado de un tema tan serio como el que había discutido Cibrián. Toto reflexionó sobre su falta de conciencia al reírse de un asunto tan delicado y pidió perdón a Pepe Cibrián de manera más enfática, admitiendo que su comportamiento fue inapropiado y que no reflejaba la postura del programa en ningún aspecto.

Al igual que en cualquier otro medio de comunicación, existen normas y límites en los canales de streaming. Aunque la flexibilidad y la creatividad suelen ser más amplias en estas plataformas, igual me pregunto: ¿es un medio que sus espectadores consumen creyendo que está todo permitido? Quienes se expresan en ellos ¿corren los límites al extremo esperando que los frenen? Según leí, cada canal tiene políticas y directrices que regulan lo que se puede transmitir para garantizar un entorno respetuoso y seguro para los espectadores. No se estaría notando.

Igual hay algo que me hace ruido en todo este asunto y no soy ajena al universo de la comicidad: soy una persona que comenzó haciendo monólogos de humor. Sé las consecuencias y el peso de un chiste en momentos como este, donde la palabra empatía solo figura en el diccionario. Las personas públicas, ya sea en redes sociales o en medios de comunicación no tradicionales, tenemos una mayor responsabilidad en cuanto a nuestra forma de comunicarnos y el impacto que nuestras palabras y acciones pueden tener en la audiencia. Debido a nuestra influencia y alcance, las personas públicas solemos ser más observadas y nuestros mensajes pueden tener un mayor impacto en la sociedad. Debemos ser conscientes del poder de influencia y utilizar cualquier plataforma de manera responsable, evitando difundir y promover discursos de odio o participar en comportamientos perjudiciales para terceros.

Banalizar o hacer chistes concretos, sobre personas puntuales y no ficticias, sobre situaciones de extrema vulnerabilidad y sufrimiento como la explotación infantil o el abuso, no solo está mal, además puede ser perjudicial y profundamente irrespetuoso para las víctimas y para aquellos que luchan contra estas problemáticas.

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