miércoles, 12 febrero, 2025
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Cómo fue el primer año económico de Milei?

Uno de los eventos más fabulosos de la evaluación del primer año de gestión del gobierno de Javier Milei es el aval de empresarios, financistas y economistas de la city al falso relato libertario respecto a la evolución de las principales variables macroeconómicas.

Pese a que estos economistas han sido humillados en público, al ser señalados como “mandriles” y “econochanta”, y varios empresarios son castigados con definiciones denigrantes, al ser indicados como «prebendarios» (industriales) y «corruptos» (constructores), la aceptación del cuento de Milei acerca del primer año económico liberal-libertario resulta escandalosa.

Algunos no se dan cuenta y otros se benefician de participar en el juego de fingir que las cosas no son como se dicen que son. Esto puede ser por miedo al escrache violento de «las fuerzas del cielo» en las redes sociales, a quedar excluidos de futuros negocios con el Estado, porque muchos de sus clientes apuestan por Milei y no quieren que les digan que el plan económico está flojo de papeles o, en definitiva, porque la simulación les permite a muchos ganancias financieras extraordinarias.

La economía de Milei es, hasta ahora, una inmensa burbuja financiera.

«Es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable»

Este es el primer mensaje del decálogo de acción mileísta, presentado en el cónclave de la ultraderecha reunida en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), colisiona con el relato económico libertario.

El análisis del saldo económico de doce meses de Milei está distorsionado, al preferir el oficialismo la mentira confortable a la verdad incómoda. La secuencia de deformación del comportamiento de las variables macroeconómicas en este período es impresionante, según el siguiente detalle:

* El superávit fiscal primario es “trucho”.

* El superávit fiscal financiero está dibujado.

* La tasa de inflación oficial es más elevada que la informada mes a mes por el Indec.

* La deuda pública se incrementó en forma considerable.

* Hubo una fuerte expansión monetaria.

* Los salarios privados, públicos e informales no se recuperaron.

* La recesión no terminó. La industria, la construcción y el comercio siguen marcando números muy negativos.

* El consumo general registra caídas históricas y consecutivas, peores que en el peor momento de la pandemia.

* Las reservas internacionales netas del Banco Central siguen en terreno negativo pese a las muy importantes compras de dólares.

* El 2024 será recordado como el año de la bicicleta financiera más espectacular de décadas, con ganancias de, por lo menos, el 50% en dólares.

* El registro de la inversión privada es pésimo en comparación con los primeros años de los gobiernos democráticos anteriores.

* Aumentaron el desempleo, la pobreza y la indigencia.

* Las jubilaciones contabilizan una fuerte pérdida en términos reales.

* Después de la megadevaluación, con un ajuste único de 120%, el tipo de cambio oficial está atrasado, como en los peores momentos de gestiones anteriores.

Con este balance, ¿quién se atreve a elogiar la marcha de la economía de Milei? ¿Y cómo puede ser evaluado en forma positiva?

Uno por uno, los datos duros que queman la película económica mileísta

El análisis económico liberal libertario, dedicado a construir una inmensa ficción con deliberada intencionalidad política, es uno de los engaños colectivos más formidables expuestos en décadas de democracia.

La economía de Milei es, hasta ahora, una inmensa burbuja financiera, con la actividad de hidrocarburos siendo la principal y casi única privilegiada, no por mérito propio sino por la herencia recibida de la política de Estado que comenzó en el 2012, en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, con la estatización de YPF y el contrato con Chevron, ambas iniciativas clave para el comienzo del desarrollo de Vaca Muerta. 

La verdad incómoda entrega estos detalles:

* Los superávits primarios y financieros son truchos: El dibujo de la dupla Milei-Caputo está compuesto de un default de deudas del sector público (no paga deudas a empresas energéticas y a constructoras por obras públicas; en este último caso, por unos 450 mil millones de pesos); el ocultamiento en las cuentas fiscales de intereses de la deuda (los intereses de las Lecap no figuran en las cuentas públicas, equivalentes a 1,8% del PIB en este año); y los recortes en partidas muy difíciles de mantener en el tiempo (sistema previsional e inversión pública).

* La tasa de inflación (IPC-Indec) está desactualizada: el índice oficial está basado en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004/2005, que pondera más el rubro Alimentos y Bebidas y menos servicios públicos (luz, gas, agua, transporte y comunicaciones -celular e internet-). Existe una Encuesta de Gastos de Hogares 2017/2018 que modifica estos ponderadores, acercándose a la distribución actual del presupuesto de las familias. Hernán Letcher y Julia Strada calcularon que, si se hubiese medido el IPC-Indec con la canasta actualizada, la tasa de inflación acumulada de noviembre 2023-octubre 2024 sería de 181,9%, en lugar de 159,8%. La diferencia es de 22,1 puntos porcentuales más.

* Los salarios reales siguen en terreno negativo: No hubo recuperación de ingresos de los sectores populares (asalariados y programas sociales) luego del golpe provocado por la megadevaluación del 13 de diciembre pasado (ajuste del tipo de cambio de 120%), con el consiguiente fogonazo inflacionario. Las pérdidas fueron generalizadas con distintas intensidades (salarios privados registrados, informales y del sector público). Una cuestión relevante es que las diferencias entre las canastas de consumo del IPC-Indec y una que refleje patrones de consumo actuales evidencian una distorsión significativa en las mediciones, mostrando que la caída real del salario duplica la reportada oficialmente.

* Las jubilaciones tienen una fuerte pérdida del poder adquisitivo: En octubre pasado, una jubilación mínima fue un 21% menos en términos reales que en septiembre de 2023 y 14,4% si se compara con el mismo mes del año pasado. Se recortaron además otras prestaciones a jubilados. Además de una menor cobertura de medicamentos por parte del PAMI, este organismo también discontinuó desde enero un programa alimentario por el cual en los últimos tres meses del año pasado se transfirieron 15.000 pesos a jubilados mayores de 60 que cobrasen hasta un haber mínimo y medio. Si se suma este monto a las jubilaciones del año pasado, para un jubilado del haber mínimo la caída anual en octubre llegó a 23,5%. Según el Indec, el 30% de los jubilados tienen ingresos de pobreza, desmintiendo al ministro Luis Caputo que había afirmado que era el 11%.

* La deuda pública tuvo un aumento vertiginoso: Los datos están en el informe mensual de la Secretaría de Finanzas: la deuda pública bruta suma un total de 462.553 millones de dólares en octubre pasado, y en estos diez primeros meses del año creció el equivalente a 91.879 millones de dólares, casi el 25%. 

* La expansión monetaria fue extraordinaria: Del mismo modo que con el análisis de la cuentas fiscales, la evaluación acerca de la emisión de dinero resulta insólita teniendo en cuenta los parlamentos de Milei acerca de estos temas: pese a la existencia de un extraño consenso en la city, la base monetaria no bajó ni se mantuvo estable, sino que creció mucho (a propósito, no se evalúa si está bien o mal, sino que revela la ficción del relato libertario). Con datos del Banco Central, el 11 de diciembre de 2023 era 9,7 billones de pesos; el 3 de diciembre de este año, 26,4 billones de pesos, lo que implica un alzas del 170 por ciento equivalente a la tasa de inflación acumulada en este mismo lapso. Desde que el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que la emisión iba a ser cero, en julio pasado, la base monetaria creció de 20,1 billones de pesos (30 de junio) a los mencionados 26,4 millones de pesos.

* La actividad económica sigue en el pozo sin rebotar: La inmensa red oficialista de vendedores de ilusiones del fin de la recesión queda descolocada con las cifras verdaderas del comportamiento de la industria, el comercio y la construcción. En términos globales, el último Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec registró en septiembre de 2024 una caída mensual del 0,3% y anual del 3,3%, consolidando una contracción acumulada del 3,1% en lo que va del año. Sin el aporte del sector agropecuario (el año pasado hubo sequía, entonces la comparación es con una base muy baja), la caída anual se profundiza a 3,5%, y el acumulado anual alcanza a 5,5%. El viernes se conocieron los últimos datos de construcción, con retroceso de 4,0% en octubre respecto al mes anterior y la fulminante caída del 29% en el acumulado del año. Los de industria también fueron negativos: bajó 0,8% en octubre en relación a septiembre y registra un derrumbe de 11,6% en diez meses. En un sector clave, la industria automotriz lleva producidas 468.553 unidades, una variación negativa de 18,33% en once meses en comparación con igual del año anterior.

* El consumo general sigue muy deprimido: Con ingresos de la población fulminados, la leve mejora desde el fondo del pozo luego de la megadevaluación quedó más que neutralizada por los tarifazos de servicios públicos. El resultado es una caída histórica del consumo general. El último relevamiento de la consultora Scentia (mide los tickets de supermercados, autoservicios y mayoristas), las ventas de los productos de la canasta básica -alimentos, bebidas, artículos de tocador y de limpieza- cerraron octubre con una caída interanual del 20,4% y en el acumulado de los diez primeros meses arrastra una baja del 12,8%. Para encontrar una caída similar hay que retroceder al 2002, cuando las ventas de la canasta básica cayeron un inédito 12% en unidades. Además, el consumo de carne tocó su piso en casi tres décadas y las ventas de lácteos  cerrarán el año con el nivel más bajo desde 1990.

* El Banco Central compró muchos dólares y las reservas internacionales casi no subieron: Con un importante superávit comercial de 15.955 millones de dólares hasta octubre y un estimado de casi 18.000 en el año, las reservas brutas del Banco Central subieron sólo 9200 millones, mientras que las netas siguen en terreno negativo de 6000 a 8000 millones, según diferentes cálculos de consultoras de la city. Este inquietante saldo se concretó en el primer año de gobierno de Milei, con expectativas positivas, fabulosa bicicleta financiera y resultado extraordinario del blanqueo de capitales. Con apertura comercial indiscriminada, fomento de importaciones y atraso cambiario, las perspectivas son la pérdida de los dólares adicionales provenientes del superávit comercial energético, con el boom de exportaciones de gas y petróleo de Vaca Muerta.

* El tipo de cambio oficial está peor que antes de la megadevaluación: El tipo de cambio real multilateral elaborado por el Banco Central se ubica en 79,94 puntos, cuando antes del megaajuste cambiario era 83,19 puntos. Se encuentra muy cerca de los 69,2 puntos de diciembre del 2001, momento previo al estallido de la convertibilidad. En menos de un año, la economía argentina pasó de ser barata a cara en dólares, con tours de compras a países limítrofes, derrumbe del turismo de extranjeros y boom de viajes al exterior de argentinos. La megadevaluación provocó una acelerada distribución regresiva del ingreso y el posterior atraso cambiario relativo fue, junto a deprimir salarios, el principal ancla antiinflacionaria.

* El registro de la inversión privada es el peor de todos: Milei afirmó que son las inversiones del sector privado “las que generan riqueza y empleo” en el país, tras recorrer las instalaciones de Mercado Libre junto al titular de la empresa, Marcos Galperin. El primer año libertario muestra que no se ha generado riqueza ni empleo: los primeros diez meses de gestión libertaria tienen los peores niveles de inversión de los últimos lustros y de los últimos seis presidentes. Se está destruyendo capital y capacidad de producción más que nunca. La consultora de Orlando J. Ferreres, que hace un seguimiento mensual del nivel de inversión, estimó que en septiembre bajó 8,3%, y en términos del Producto Interno Bruto, la tasa de inversión es 15,6%, el número más bajo de los últimos años. Como referencia, en el 2021, el año después de la pandemia, ese porcentaje había sido un poco por arriba del 18% del PIB.

* Aumentaron la pobreza, la indigencia y el desempleo: El último dato de pobreza del Indec del primer semestre del año fue 52,9%, 24,8 millones de personas, cuando en igual período de 2023 era del 40,1%. La indigencia tuvo un salto más fuerte al alcanzar el 18,1% en comparación al 9,3% del mismo lapso del año pasado. La tasa de desempleo subió al 7,6%.

* El 2024 será recordado como el año de la bicicleta financiera más espectacular de décadas: La firma financiera GMA Capital estimó que, en los primeros once meses del año, el carry trade acumula 45% en dólares, calculado con la tasa Badlar en pesos (la que remunera los plazos fijos superiores a 1 millón de pesos de 30 a 35 días) y el dólar contado con liquidación. El porcentaje sería todavía mayor (de 50% a 60%) si la estimación es con el rendimiento de otros instrumentos en pesos, como las Lecap o los Boncap.

¿Cuál es el saldo del primer año?

El recorrido económico de Milei en doce meses se resume en haber provocado una impresionante transferencia regresiva de ingresos con la megadevaluación: la participación de los trabajadores en el ingreso pasó de 46,4% en el primer semestre de 2023 a 43,9% en el mismo período de 2024. Una reducción de 2,3 puntos porcentuales respecto al primer semestre de 2023 y de 7,1 puntos respecto al primer semestre de 2016.

También en haber diseñado una gigantesca burbuja especulativa que adormece las tensiones cambiarias y del sector externo, y en haber comenzado la destrucción del entramado productivo, social y laboral con un veloz atraso cambiario, que moderaron la suba mensual de la tasa de inflación. 

Cualquier evaluación desapasionada con honestidad intelectual concluye que el saldo es pésimo.

El relato libertario de la economía mileísta es falso. Fin.  

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