Después de casi 6 meses de idas y vueltas que incluyeron fuertes tensiones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que el Gobierno le pidió iniciar un nuevo programa financiero, una vía que Argentina aceleró desde la victoria de Donald Trump en noviembre pasado en Estados Unidos y con la cual apuesta a refinanciar los pagos de deuda, apuntalar la economía y acelerar la salida del cepo en 2025.
«Nuestro equipo continúa en un compromiso constructivo y para abordar los desafíos pendientes las autoridades expresaron interés formal en avanzar en un nuevo programa y las negociaciones están en camino«, dijo este jueves la vocera del FMI, Julie Kozack durante una conferencia desde Washington.
De esa manera, la funcionaria terminó de formalizar las negociaciones que inició el ministro de Economía, Luis Caputo, en julio de este año y que se aceleraron en las últimas semanas con el envío de una comitiva a Washington encabezada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, el secretario de Política Económica, José Luis Daza, y el vicepresidente del Banco Central (BCRA), Vladimir Werning.
«En el último año desde la asunción de la gestión, las autoridades de Argentina continuaron implementando un programa de estabilización y lograron resultados impresionantes, esto incluye una considerable reducción de la inflación, superávit fiscal y una mejora de las reservas, la recuperación de la en actividad y los salarios reales están firmemente en camino, con el crecimiento tornándose positivo en el tercer trimestre», destacó Kozack.
La funcionaria ratificó que el programa vigente de facilidades extendidas (EEF, por su sigla en inglés) está previsto que expire al final de este año y declinó de hacer comentarios sobre las dos revisiones que quedaron pendientes desde agosto con desembolsos por un total de US$ 1.100 millones, mientras el Gobierno avanza en un nuevo programa financiero.
Caputo aseguró esta semana que el Gobierno prevé renovar su acuerdo con el Fondo durante el primer cuatrimestre del año próximo. “Estamos muy bien encaminados. Los tiempos del Fondo son lentos, pero estamos muy bien encaminados, tenemos muy buen diálogo y estimo que para el primer cuatrimestre del año que viene vamos a llegar a un nuevo acuerdo”, dijo en Radio Mitre.
Según fuentes al tanto de las conversaciones, las posibilidades que se barajan es un crédito stand-by -como el que obtuvo Mauricio Macri por US$ 44.000 millones- o un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, similar al que negoció Alberto Fernández. El plazo de stand-by suele ser de 1 a 2 años, pero es más probable que el Gobierno opte por un nuevo EEF, que tiene un plazo de repago de 5 a 10 años y desembolsos durante 2 a 3 años.
El pedido formal se concretó después de seis meses de altibajos en las negociaciones, marcados por su enfriamiento después la decisión de Caputo de intervenir sobre el dólar paralelo con reservas en julio, el apartamiento del titular del departamento del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, del programa con Argentina tras las duras críticas de Javier Milei y el reencauzamiento de las conversaciones con el ascenso de Trump en noviembre.
El Gobierno busca fondos frescos para afrontar los pagos de deuda por US$ 20.000 millones y reforzar las reservas, pero hay diferencias sobre la estrategia para acumular dólares. Por estas horas, el equipo económico busca reducir el ritmo de devaluación del 2% mensual para bajar la inflación, a costa de una mayor apreciación del tipo de cambio. El Fondo, en cambio, exige un tipo de cambio flexible y la eliminación del cepo.
Caputo aseguró esta semana que para salir del cepo “no hay fecha, sino metas para cumplir” y que el acuerdo con el FMI podría aportar los dólares que faltan en las reservas. El Banco Central reconoció la semana pasada que que las reservas netas siguen en terreno negativo (Unos US$ 4.600 millones) y que no se cumplió la última meta de reservas con el organismo, aunque espera superarla si el Fondo hace los desembolsos pendientes.
El Gobierno enfrenta otro desafío que podría sumar tensiones en las negociaciones: el rebote del blue y los dólares paralelos, un fenómeno que el ministro atribuyó en las últimas horas a la demanda de dólares por vacaciones y que forzó al BCRA a intervenir con reservas en el mercado paralelo, después de mantenerse al margen durante dos meses.
SN