martes, 25 febrero, 2025
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La muerte de Micaela Rascovsky en Villa Urquiza: femicidio o abandono de persona?

Patricia Ortiz (47) viajó todos los días desde Escobar hasta la Ciudad de Buenos Aires con una bolsa de diálisis pegada al cuerpo. Pidió, llamó, habló, gritó y revoleó hasta que sintió que alguien escuchaba lo que tenía para decir: que a Micaela, su única hija, la mataron. «Hace cuatro años tenemos la vida detenida», dice con una angustia que le corta el aire.

Es que Patricia, que ya tuvo un trasplante renal y demasiada espera, le prometió a Micaela una justicia que no sabe si va a tener.

Micaela Rascovsky tenía 25 años el 13 de abril de 2021 cuando la encontraron muerta en el departamento que compartía con su pareja, Guido Pascuccio (35), en el barrio porteño de Villa Urquiza.

El 14 de noviembre pasado empezó el juicio por la muerte de Micaela en los tribunales de Lavalle y las seis audiencias se extendieron durante más de tres meses.

En un vínculo atravesado por la violencia y las adicciones, el único acusado por la muerte de la joven estudiante de Medicina es su pareja.

Micaela Rascovsky.

Pascuccio es abogado y pasó un año detenido con prisión preventiva, por el femicidio de Micaela. Tuvieron una relación que empezó en 2018 y que retomaron en plena pandemia.

La joven soñaba con ser cirujana y trabajaba en una concesionaria de autos. Se mudó con él a mediados de 2020 y falleció el 13 de abril de 2021, horas después de reunirse con los padres de su novio para contarles de los golpes, su situación de consumo y la violencia que padecía en la pareja.

Esa tarde, de acuerdo a lo que surgió en el juicio, Micaela les había advertido de la situación con fotos y mensajes. También de que lo denunciaría ante la próxima golpiza y que planeaba dejarlo.

De acuerdo al resultado de la autopsia, la causa principal de muerte de Micaela fue producto una “congestión y edema pulmonar con cardiopatía dilatada”.

Una de las marchas en reclamo de justicia.

Es en este punto en el que la investigación se bifurca, surgen los cuestionamientos y será algo sobre lo que los jueces Alejandro Noceti Achával, Jorge Romeo e Inés Cantisani, del Tribunal Oral en lo Criminal N° 10, deberán resolver.

En los alegatos de cierre, el fiscal Guillermo Morosi pidió la pena de 11 años de prisión para Pascuccio por “abandono de persona seguido de muerte y lesiones doblemente agravadas” porque, de acuerdo a lo que se pudo exponer en el debate, el cuerpo de Micaela tenía 13 marcas de golpes, heridas defensivas y restos de ADN de dos hombres debajo de las uñas, uno de ellos del acusado.

De acuerdo al testimonio de los peritos forenses, la mujer falleció entre las 23 del 12 de abril y las 2 de la madrugada del 13 de abril. Pero Pascuccio llamó a la ambulancia asegurando que su pareja tenía «convulsiones» alrededor de las 4.48 de la madrugada, casi tres horas después.

Según la reconstrucción de los hechos y los mensajes enviados por la víctima, Micaela su pareja habían discutido. Él estaba enojado, «se sentía traicionado» porque ella había hablado con sus padres sobre la violencia que sufría.

La joven se refugió en la terraza, donde habló con su mamá y sus amigas. Y regresó al departamento alrededor de la 0.30.

Qué declaró el acusado

El imputado dijo haber estado durmiendo desde la 1 y aseguró que vio a Micaela por última vez a esa hora, tomando helado y trabajando en la computadora.

Sin embargo, del registro de llamadas surgió que realizó varios llamados a su mamá, y a su hermano, el último a las 4 AM.

Para el fiscal, la mujer se descompensó, el imputado era el único que podría haberle brindado ayuda y ella falleció producto de ese abandono de casi tres horas.

Pero para la querella, en manos de Nadia Marina Rivas, ese abandono tuvo como único objetivo provocarle la muerte, por eso pidió la pena de prisión perpetua por el delito de ”homicidio doblemente agravado” por tratarse de un crimen contra una persona con quien mantenía una relación de pareja y por haber sido perpetrado por un hombre contra una mujer en un contexto de violencia de género.

«Durante la instrucción hubo varias irregularidades que no permitieron que la causa se desarrolle con perspectiva de género. No se usó el protocolo que corresponde al tratamiento de muerte de mujeres, no cerraron el departamento en el que ocurrió, no se preservaron las manos», enumeró Rivas, entre varias irregularidades.

La instrucción estuvo en manos del fiscal Patricio Lugones. La familia de Micaela cuestionó que, tras su muerte, «no cerraron el departamento, no le secuestraron el teléfono, nada…».

Pascuccio no llegó a juicio acusado por el femicidio, sino por abandono. Pero para la abogada Nadia Rivas, la forma no modifica el delito: «La dejó morir queriendo que se muera en un contexto de violencia de género. Para nosotros es un caso de femicidio por abandono de persona», argumentó.

«Para nosotros fue y está siendo una etapa muy dolorosa, escuchar todo lo que sufrió mi hija, que el fiscal relatara todo el padecimiento que estuvo pasando, la violencia, el femicidio. Mica es hija única, esto es terrible para toda la familia, hay días en que no podemos levantarnos de la cama del dolor», le dice Patricia Ortiz a Clarín.

Un juicio lento

El juicio que empezó hace tres meses tuvo un promedio de dos audiencias por mes, lo que alargó el proceso y agravó el dolor de la familia.

«Se hizo interminable. Es una etapa muy dura, porque estás a metros de la persona que le quitó la vida a tu hija, viendo un montón de cosas que querés gritarlas a los cuatro vientos, cosas que siguen pasando en este país: el asesino de mi hija es un hijo del poder. Es abogado, sus padres son abogados, es algo que produce incertidumbre y temor porque no sabemos qué pueden hacer los contactos que tienen estas personas», advirtió Patricia.

Sebastián Rascovsky (49), el papá de «Mica», es fletero y todos los días se levanta a las 5 de la mañana para trabajar. En el medio pone todo «en pausa» para asistir a las audiencias y «vive para pagar peritos de parte, abogados, de todo».

Para Patricia, hubo «muchas barreras» que terminaron en un juicio con esta acusación que «no es real».

«Micaela fue abandonada, sí. Pero también fue asesinada. Un forense dijo que falleció como mucho a las 2, y el asesino llama al médico a las 4.48 de la mañana. Se nos ríen en la cara», se quejó la mujer en diálogo con Clarín.

Este martes 25 de febrero, la defensa tendrá la oportunidad de realizar sus alegatos y se desarrollarán las réplicas. También se conocerá la fecha de sentencia.

Para Patricia, la espera es «eterna». Quiere creer en que podrá cumplir la promesa que hizo a su hija: «Están todas las pruebas dadas. Tenemos miedo porque él tiene contactos, porque sus padres tienen conexiones. Pero confiamos en los jueces del tribunal. La verdad está ahí, está todo: Mica dejó todo. Yo lo que espero es que no la maten de nuevo con la sentencia. Que no me maten a mí de nuevo».

EMJ

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