Las principales organizaciones de periodistas en el país expresaron su rechazo a las actitudes del exdictador Evo Morales hacia la prensa. La suspensión abrupta de una entrevista con un medio internacional generó críticas por parte de la prensa. Tanto la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional (ACPI) se manifestaron.
Las asociaciones emitieron un comunicado en el que manifestaron su preocupación por la vulneración a la libertad de expresión y prensa. Advirtieron que la intolerancia hacia los periodistas se ha incrementado en el contexto preelectoral. Esto podría afectar el derecho de la población a estar informada.
Además, las organizaciones de periodistas han destacado que la libertad de prensa es uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia. En este sentido, instan a las autoridades a garantizar que no se repitan situaciones que restrinjan la cobertura de los medios.
El hecho que desató esta reacción ocurrió en la localidad de Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba. Durante una entrevista con Bloomberg, Morales reaccionó con molestia cuando se le preguntó qué haría en caso de no ser habilitado como candidato. Acto seguido, dio por finalizada la entrevista y exigió el celular de un periodista para verificar que no siguiera grabando.
La ANPB y la ACPI recordaron que la libertad de prensa es un derecho fundamental en democracia. Consideraron que cualquier tipo de hostigamiento a periodistas representa un grave retroceso y genera un ambiente de censura y temor entre los profesionales del gremio.
El comunicado también citó una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). La entidad respalda el papel fundamental del periodismo en un contexto electoral.
Así también, la Corte destaca que el debate público debe ser amplio y sin restricciones indebidas. Esto permite que la población acceda a información sobre los candidatos y sus propuestas.
Desde el entorno de Morales no se ha emitido una respuesta oficial sobre lo sucedido. Sin embargo, allegados al exmandatario han minimizado el incidente y sostienen que la entrevista se dio en un contexto de desconfianza hacia la prensa internacional.
¿El masismo detesta la libertad de expresión?
| La Derecha Diario
Este no es el único caso reciente que ha generado preocupación en el gremio periodístico. Días atrás, siete periodistas fueron citados a declarar en un proceso judicial sin relación con su trabajo periodístico. La ANPB consideró esta acción como un acto de hostigamiento y exigió respeto por la Ley de Imprenta.
El clima de hostilidad hacia la prensa se ha vuelto un tema recurrente en Bolivia. Diversos sectores alertan sobre los riesgos que esto implica para la democracia y la transparencia en el proceso electoral. La presión sobre los medios podría derivar en la autocensura y afectar el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz y oportuna.
Las asociaciones periodísticas han pedido al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y a las autoridades gubernamentales garantizar un entorno seguro para el ejercicio del periodismo. Exigen que se respete la labor de los comunicadores y que no haya represalias por el trabajo que realizan.
El hostigamiento a la prensa también ha sido motivo de preocupación para organismos internacionales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha instado a los Estados a respetar y garantizar la seguridad de los periodistas. Dando un énfasis especialmente en períodos de elecciones.
Por su parte, la comunidad periodística en Bolivia se mantiene en alerta ante cualquier intento de restringir su labor. Advierten que seguirán denunciando cualquier acto que vulnere la libertad de expresión y la posibilidad de informar sin presiones ni amenazas.
La hostilidad hacia los periodistas y la búsqueda de control sobre los medios reflejan un claro intento de silenciar las voces disidentes. Este comportamiento no solo va en contra de los derechos fundamentales, sino que también debilita la transparencia. La ciudadanía tiene el derecho de estar informada de manera libre y objetiva, sin que el poder político imponga barreras o presiones sobre los medios.