Cocinar arroz es una tarea cotidiana en muchos hogares, pero lograr un resultado perfecto —granos sueltos, textura uniforme y buen sabor— no siempre es sencillo. En este contexto, expertos en cocina y nutrición recomendaron un truco sencillo, pero efectivo: añadir una pequeña cantidad de vinagre al agua de cocción. Aunque puede parecer un detalle menor, esta técnica aporta múltiples beneficios, tanto en la preparación como en la conservación del alimento.
El componente activo principal del vinagre es el ácido acético. Este compuesto no solo es responsable del sabor ácido característico del vinagre, sino que también tiene propiedades antimicrobianas, antioxidantes y metabólicas que benefician tanto a los alimentos como a la salud humana.
Uno de los principales problemas al cocinar arroz es que los granos tienden a pegarse entre sí debido al almidón que liberan durante la cocción. El ácido acético actúa sobre las moléculas de almidón, retrasa su gelatinización y evita que los granos se adhieran. Como resultado, el arroz cocido mantiene una textura más esponjosa, ligera y con los granos bien separados, lo que mejora su presentación y experiencia al paladar.
El vinagre también funciona como un conservante natural. Gracias a su capacidad para reducir el pH del medio, crea un entorno menos favorable para el desarrollo de bacterias y microorganismos que provocan el deterioro de los alimentos. Esto permite que el arroz cocido pueda conservarse en mejores condiciones por más tiempo, lo cual es especialmente útil para quienes preparan grandes cantidades de arroz con antelación.
La Escuela de Salud Pública de Harvard señaló varios efectos positivos del ácido acético en la salud metabólica. Entre los beneficios destacados se encuentran:
En la gastronomía japonesa, el uso del vinagre en la preparación del arroz es fundamental, especialmente en el sushi. En este contexto, el vinagre no solo aporta sabor, sino que estabiliza la textura y actúa como conservante natural. Este enfoque tradicional fue adoptado en otras cocinas por los beneficios que aporta en términos de sabor, digestibilidad y conservación.
Además, el portal especializado The Kitchn destaca que la incorporación del vinagre favorece una cocción más uniforme del arroz, lo que permite una mejor absorción de nutrientes y un sabor más equilibrado, incluso en platillos cotidianos.
Para quienes deseen aplicar este método en casa, los especialistas sugieren seguir los siguientes pasos:
Es importante señalar que, aunque el vinagre de manzana es el más utilizado para este fin, también pueden emplearse otros tipos de vinagre como el de arroz, especialmente en recetas de inspiración asiática. La clave está en no exceder la cantidad recomendada para evitar que el sabor ácido predomine en el plato.
Asimismo, este truco puede ser especialmente útil para quienes preparan comidas por adelantado o almacenan arroz cocido en refrigeración, ya que prolonga su frescura y seguridad alimentaria.
Por Elim Johana Alonso Dorado