YPF avanzó un paso más en su estrategia de desinversión en áreas maduras al firmar la cesión del clúster Mendoza Sur a la compañía independiente Quintana Energy. Se trata de seis bloques convencionales que se suman a los ya transferidos en el marco del Proyecto Andes, una iniciativa orientada a reestructurar el portafolio de activos de la empresa para concentrarse en la operación de Vaca Muerta y otros desarrollos clave.
El traspaso se formalizó este viernes y comprende los yacimientos Altiplanicie del Payún, Cañadón Amarillo, El Portón, Chihuido de la Salina, Chihuido de la Salina Sur y una participación en Confluencia Sur. La operación marca el cierre de la primera etapa del proyecto, que ya había incluido la transferencia de los clústers Llancanelo y Mendoza Norte a operadores como PCR y Petróleos Sudamericanos.
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La salida de YPF de estos bloques responde a una política definida por su actual conducción para reasignar recursos a áreas de mayor productividad. El foco está puesto en acelerar inversiones en Vaca Muerta, donde la compañía lidera la producción de hidrocarburos no convencionales, y reducir su exposición en campos de baja rentabilidad o alto costo operativo.
Con esta lógica, el directorio de YPF aprobó recientemente la ampliación del Proyecto Andes, que incluye la futura cesión de otros 12 bloques convencionales, entre ellos los clústers Chachahuen y Malargüe en Mendoza y el histórico yacimiento Manantiales Behr en Chubut.
En la provincia cuyana, la petrolera mantendrá como activos principales la refinería de Luján de Cuyo y los compromisos de exploración no convencional en la proyección mendocina de Vaca Muerta.
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La compañía que asumirá el control del clúster Mendoza Sur es Quintana Energy, empresa del geólogo Carlos Gilardone, también titular de FDC, consultora especializada en análisis de reservorios. Quintana viene expandiendo su presencia en la industria: a comienzos de año tomó el control del yacimiento Estación Fernández Oro en Río Negro, donde absorbió a unos 80 trabajadores.
En diálogo con medios especializados, fuentes del sector explicaron que la presencia de operadores independientes permite revitalizar zonas con producción declinante mediante esquemas más flexibles, incorporación de nuevas tecnologías y objetivos de inversión adaptados al ciclo de vida de los activos.
Desde la gobernación de Mendoza destacaron que la política de traspaso no solo implica un cambio de operadores, sino una redefinición del modelo productivo: “El objetivo es sumar valor agregado y fortalecer el desarrollo industrial de zonas como El Portón, además de explorar el potencial no convencional de Cañadón Amarillo”, indicaron.
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Producción actual de las áreas transferidas
Según datos oficiales, al momento de la autorización del traspaso por parte del gobierno provincial, la producción combinada de los bloques del clúster alcanzaba unos 397 m³/d de petróleo y más de 357.000 m³/d de gas natural.
Entre los yacimientos más relevantes se destacan:
- Chihuido de la Salina: 50 m³/d de crudo y 200.000 m³/d de gas
- Chihuido de la Salina Sur: 35 m³/d de petróleo y 115.000 m³/d de gas
- Confluencia Sur: 130 m³/d de petróleo y 13.000 m³/d de gas
- Cañadón Amarillo: 155 m³/d de petróleo y 18.000 m³/d de gas
El resto de los bloques presentan volúmenes menores, pero cuentan con potencial técnico para mejoras operativas bajo una nueva gestión.
Impacto regional y empleo
La provincia de Mendoza registró en 2024 un incremento de producción superior al 1% respecto al año anterior, con un total de 20,6 millones de barriles anuales. Este desempeño se logró a pesar del declive natural de los yacimientos maduros, en parte por la llegada de nuevos operadores y la continuidad de proyectos con enfoque local.