Las elecciones en Chile reflejan un escenario político cada vez más polarizado, con liderazgos radicales y un centro debilitado que no logra consolidarse.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el historiador, Lucas Luchilo , quien comentó que, “se augura una competencia entre polos más radicalizados”, al analizar las recientes elecciones internas en Chile. La contundente victoria de Janet Jara, candidata del Partido Comunista, en la interna oficialista, reconfigura el panorama político de cara a las presidenciales de noviembre.
Según Luchilo, hasta hace pocos años, la disputa era entre centroizquierda y centroderecha. Hoy, sin embargo, “los conflictos electorales chilenos son entre una izquierda bastante radical y una derecha muy conservadora”, anticipando un enfrentamiento entre Jara y Juan Antonio Kast, referente de la ultraderecha.
El centro político, fragmentado y sin fuerza
“¿Existe un espacio potencial electoral en el centro? En el caso chileno sí, pero está sumamente fragmentado”, explicó el historiador. A pesar de la presencia de múltiples candidaturas de centroizquierda, ninguna logra consolidarse ni articular un discurso común capaz de competir contra los extremos.
La polarización no solo se profundiza por el discurso de los candidatos, sino también por las estrategias de campaña: “La estrategia es no solamente hablarle a los propios, sino demonizar al de enfrente y forzar a los del medio a optar entre lo menos malo”, advirtió.
Viejos liderazgos, nuevas dificultades
El surgimiento de nuevos líderes dentro de los partidos tradicionales también parece trabado. En palabras de Luchilo, “es difícil para las fuerzas establecidas encontrar mecanismos de sucesión que habiliten candidatos más competitivos”. En el caso chileno, por ejemplo, Evelyn Matthei, una figura histórica de la derecha, fue desplazada en las encuestas por Franco Parisi, un outsider del Partido de la Gente.
“Puede aparecer alguno, sí, pero desde afuera. Desde adentro es muy difícil que las fuerzas predominantes consigan reconvertirse”, señaló el académico. Esta crisis de renovación interna no es exclusiva de Chile: también ocurre en países como Argentina, donde las estructuras tradicionales se ven desbordadas por liderazgos emergentes externos.
La implosión de los partidos y la supervivencia local
En contextos de crisis, los partidos tienden a cerrarse y actuar en modo defensivo. Según Luchilo, esto se ve claramente en Argentina, donde fuerzas como el peronismo priorizan “salvar en lo posible las situaciones provinciales o municipales” frente a la dificultad de articular una estrategia nacional.
“Es una actitud defensiva: este no es el momento, y es muy difícil unificar personería”, explicó. Muchos dirigentes con poder territorial prefieren no arriesgar su posición en una confrontación nacional, lo que posterga una necesaria reestructuración o renovación interna.
¿Puede emerger una alternativa?
La combinación de radicalización, fragmentación y falta de renovación genera un panorama complejo. “Donde había dos coaliciones, hoy hay polarización y fragmentación”, sintetizó Luchilo.