Luego de más de un año de espera, obras y una serie de contratiempos, Juana Repetto por fin pudo cumplir un sueño muy esperado: mudarse a su nueva casa junto a sus hijos, Toribio y Belisario. El proyecto había comenzado en pareja, con Sebastián Graviotto, pero tras la separación ella decidió continuar sola y, finalmente, lo logró.
Juana compartió en sus redes sociales el momento exacto en que sus hijos descubrieron el lugar que desde ahora será su hogar. Ya había mostrado rincones como la cocina y los baños, pero esta vez fue más allá y relató cómo se sintió esa primera noche bajo el nuevo techo.
“Agotada y feliz. No caigo, estoy metida en la cama con mis bebos dormidos en esta casa. Falta mil cosas, comimos sin mesa, sin sillón, las bombitas colgando y el living vacío, cuartos con cajas, valijas, placares sin puertas, pero el corazón explotado de orgullo y felicidad. Aún no lo creo», escribió Juana, emocionada por el gran paso.
En ese mismo mensaje también se refirió a la reacción de sus hijos, cual puede desprenderse como parte de una etapa con muchos cambios y adaptación. “Los chicos están raros, un poco asimilando que esto es un proceso y la casa la vamos a ir armando de a poco y, a su vez, con un nivel de excite que es un combo revolucionario”, comenzó explicando Repetto.
QUÉ LE PASÓ A JUANA REPETTO EN SU NUEVA CASA A DÍAS DE HABERSE MUDADO
“Mucho cambio, mucho de todo y todo junto. Pero estamos los tres apapachados, comimos comida hecha en casa, estamos durmiendo calentitos, juntos y empezando a vivir este sueño que está cada vez más cerca de ser y sentirse nuestro hogar”, agregó Juana, asegurando que todo marcha bien a pesar de esta revolución que significa la mudanza.
Pero la felicidad no es absoluta. A pesar de la ilusión y las buenas expectativas, Juana no ocultó que la casa tuvo algunos problemas desde el primer día. “No todo es color de rosa, no se estaría yendo el agua de la ducha. Se puso negra la pastina también acabo de notar y el baño de los chicos pierde agua. Podría seguir jaja, pero estamos bien”, contó con una pizca de humor.
No es la primera vez que Repetto enfrenta dificultades con esta casa. La obra había comenzado con un traspié: encontraron caños y agua en el terreno que complicaron el inicio, sumado a semanas de lluvias que demoraron aún más el avance. Aun así, con paciencia y mucho esfuerzo, el proyecto finalmente se materializó.
Hoy, más allá de los detalles a resolver, Juana puede decir que está viviendo un sueño que parecía lejano. Y aunque todavía falte acomodar cajas, muebles y terminar algunos arreglos, ya dio el paso más importante: hacer de esa casa un verdadero hogar para ella y sus hijos.