Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, cientos de operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se llevaron a cabo en diferentes puntos de Estados Unidos. En este contexto, Arizona fue uno de los estados más afectados, en parte por su gran presencia migrante, debido a su frontera con México. Allí se reportaron miles de detenciones, incluso de extranjeros que vivían hace más de una década allí.
El reporte “Ni siquiera me dejaron decir adiós”, elaborado por la organización “Iniciativa Kino para la Frontera” (KBI, por sus siglas en inglés), se basó en 278 encuestas anónimas y voluntarias realizadas a deportados mexicanos en Nogales, Sonora, entre mayo y julio de 2025. De ellos, casi un 40% dejó en EE.UU. un familiar cercano, por lo que experimentó “graves dificultades emocionales y de cuidado”.
De acuerdo el informe, más del 44,4% de los expulsados desde Arizona en los últimos tres meses residían en Estados Unidos hacía más de una década. También brindaron otros datos claves:
De acuerdo con el mismo informe, múltiples testimonios reportaron “condiciones peligrosas” en los centros de detención. En específico, se refirieron a “negligencia médica, hacinamiento, exposición a humo tóxico y trauma emocional significativo”.
En tanto, hicieron mención “desde lesiones físicas sin tratar hasta el deterioro de la salud mental», así como también “la detención prolongada en instalaciones inseguras y superpobladas».
En específico, se mencionan fracturas no tratadas, dolores dentales ignorados durante meses, encadenamientos por más de 24 horas, abusos verbales y la no devolución de pertenencias, incluidos pasaportes e identificaciones.
“Estos casos se evidencia que el impacto se extiende mucho más allá del momento inmediato de la deportación”, enfatizaron.
Desde la asunción del presidente Donald Trump en enero, las redadas del ICE y los exhaustivos controles en la frontera a cargo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) se multiplicaron por todo Estados Unidos.
En este contexto, otro estudio realizado por Pew Research Center mostró que la población inmigrante pasó de 53,3 millones en enero de 2025 a 51,9 millones en junio de 2025. La reducción marca la primera caída sostenida desde la década de 1960.
Por otro lado, PWC confirmó que este descenso neto de la población migrante se debe tanto a las deportaciones como a las salidas voluntarias de Estados Unidos.
En tanto, advirtieron que no se conocerá el impacto total de estos cambios de política hasta que “se dispongan de datos más completos”.