El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó que el gobierno de Donald Trump negocia con la Argentina un swap en dólares por unos US$20.000 millones.
Se trata de un acuerdo de intercambio de monedas que se activaría a través del Fondo de Estabilización estadounidense (Exchange Stabilization Fund), un instrumento financiero bajo control del Tesoro.
Bessent indicó que el objetivo es sumar liquidez al Banco Central argentino y “prevenir una volatilidad excesiva” en el mercado cambiario. Sin embargo, aún no se dieron precisiones sobre el cronograma de ejecución, los plazos ni si el acuerdo se activaría en un solo desembolso o en etapas.
Un swap consiste en el intercambio de monedas entre dos países, con el compromiso de devolverlas a un plazo determinado y al mismo tipo de cambio inicial. En este caso, el Banco Central recibiría dólares a cambio de pesos, con la obligación de restituirlos en la fecha de vencimiento.
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AFP
El mecanismo no es nuevo para la Argentina. Desde 2009 el país mantiene un acuerdo similar con el Banco Popular de China, actualmente por un total de US$18.000 millones. De ese monto, unos US$5000 millones están habilitados para su uso, tras una activación que comenzó en 2023 para reforzar reservas en un contexto de salida de divisas. En abril de este año se prorrogó la disponibilidad hasta mediados de 2026.
El anuncio de Bessent abre un interrogante sobre la continuidad de ese vínculo financiero con China. La decisión de activar un swap con Estados Unidos no solo tendría impacto económico, sino que también se inscribe en la puja geopolítica entre las dos potencias. Mientras Pekín expandió su influencia en América Latina a través de créditos e inversiones, la administración de Trump busca posicionar a la Argentina como un aliado estratégico en la región.
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Además del swap, el Tesoro estadounidense evalúa otras herramientas de asistencia. Una de ellas es la compra de bonos emitidos por la Argentina en suscripción primaria, lo que implicaría que el Fondo de Estabilización adquiera directamente títulos de deuda en dólares. Otra alternativa, considerada menos probable, sería la compra de bonos argentinos ya existentes en el mercado secundario.
Actualmente, el Fondo de Estabilización de Estados Unidos administra activos por US$219.460 millones, compuestos por euros, yenes, bonos del Tesoro estadounidense a un día y Derechos Especiales de Giro del FMI. Según su reglamento, las divisas extranjeras que administra son invertidas por la Reserva Federal de Nueva York en instrumentos financieros de gobiernos y bancos centrales extranjeros.
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Con este tipo de asistencia, la Argentina busca reforzar sus reservas internacionales y mejorar su posición frente a una coyuntura de volatilidad cambiaria y fragilidad financiera. No obstante, el impacto real dependerá de los términos del acuerdo, de la velocidad con que se concrete y de cómo se coordine con la relación financiera vigente con China.
El swap en negociación con Estados Unidos, de concretarse, se sumaría a las medidas del gobierno de Javier Milei para estabilizar la economía en medio de las tensiones políticas y de mercado.