Oscar Aguad es un dirigente con dilatada trayectoria en la UCR. Fue mano derecha de Ramón Mestre padre, luego mantuvo un excelente vínculo político con Mauricio Macri (que aún persiste) y ahora está abocado al armado de una línea interna en el radicalismo “para ayudar”, aclarando que no tiene pretensiones de cargos de conducción ni de candidaturas. Aguad asume los errores cometidos por toda la estructura política tradicional y está convencido que Javier Milei llegó a la presidencia por los fracasos de la dirigencia política que lo precedió.
-¿Se puede suavizar un poco el tironeo al que está sometido el radicalismo y todas las fuerzas opositoras cuando tratan de establecer reglas de juego con La Libertad Avanza?
-Es de esperar, ¿no? Creo que hay como un mal entendimiento, una mala lectura de la realidad. La gran discusión es sobre Javier Milei y esto tiene que ver con no entender que Milei es un emergente de nuestros propios fracasos. Esto ya no tiene vuelta atrás. Espero que lo que venga sea en sustitución de aquel fracaso y comience a solucionar la enorme cantidad de problemas irresueltos. El radicalismo debe reconstruirse y modernizarse, pero con nuevas estructuras, con una nueva disposición y una nueva organización, porque este partido, tal como está, no le va a servir a la sociedad. El radicalismo tiene que tener respuestas para los problemas actuales de la sociedad, que no son los mismos que tuvieron Irigoyen, Alem, Ilía o Alfonsín. Los problemas son nuevos y la complejidad cada vez mayor.
-¿En las próximas elecciones legislativas la UCR de Córdoba debe aliarse a Milei, a Macri o ir sola?
-Ir solos sería un suicidio porque hemos perdido el contacto con nuestros electores. Acá hay dos temas que hay que leer: Macri, en su momento, reemplazó a la dirigencia radical y se apropió de sus electores. Hoy, con Milei, pasa lo mismo. Esa es una lectura muy descarnada de la realidad que hay que tenerla en cuenta. Y además, admitir que es culpa nuestra que eso haya sucedido. No haber solucionado los problemas que debimos solucionar en cada turno que nos tocó gobernar forma parte de esta realidad que hoy tiene políticamente la Argentina y Córdoba en particular. Rodrigo de Loredo está trabajando en un programa de gobierno para Córdoba, me consta, y creo que ese es el camino. Hoy la Argentina necesita, por ejemplo, producir 250.000 puestos de trabajo por año porque de lo contrario la gente queda al costado del camino y va a parar a las villas de emergencia.
-¿Milei tiene las respuestas?
-Creo que Milei está en una primera etapa interesante en la medida en que ha logrado bajar la inflación y equilibrar el déficit. Está estabilizando la macro economía. La pregunta que queda es si ambas cuestiones se pueden sostener en el tiempo y si luego del proceso electoral el gobierno apuntará a solucionar el déficit productivo que tiene el país. Yo soy de los que piensan que estos déficits que el gobierno está arreglando, y que había que arreglarlos, son una consecuencia y no la causa del problema. El problema de la Argentina es estructural, productivo. Creo que vendrá una segunda etapa después de las elecciones porque de lo contrario esta estabilización de la macro no va a ser sustentable en el tiempo. Pienso que va por el buen camino el presidente. Además, me parece que lo que está faltando son consensos, porque son la llave del largo plazo.
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-A Milei no se lo ve como un hombre que busca consensos.
-Espero que tenga la fortaleza necesaria y sepa construir esos consensos como soporte de poder para llevar adelante todas las transformaciones que quiere hacer.
-Recién hablaba que el éxito de esta gestión es haber frenado la inflación y el déficit fiscal. Es cierto, pero también cae el consumo. Los éxitos no se trasladan a las billeteras de las familias.
– El proceso de estabilización y de llegar al equilibrio fiscal se ha construido en base a una baja significativa de los haberes del sistema jubilatorio y eso no solamente incide en las personas, incide en el consumo y en el mercado interno. Por eso hay recesión. Por eso digo que después de las elecciones vendrá la etapa de poner en marcha el sistema productivo de la Argentina. Argentina tiene hoy una fortaleza, que es Vaca Muerta. El tema es saber si Vaca Muerta se va a constituir en una fábrica de dólares o va a ser una palanca productiva para desarrollar el país. Esa es la gran dualidad que tiene la Argentina: si los populistas toman Vaca Muerta, la mitad se la roban y la otra mitad se la reparten a la gente para mantenerla en la pobreza. Un gobierno, como espero que sea el de Milei, tiene que construir en Vaca Muerta el desarrollo nacional. Y eso significa poner en marcha el aparato productivo.
-¿Si el radicalismo forma un frente con La Libertad Avanza, la boleta de candidatos debe ser encabezada por un hombre de la UCR, por caso Deloredo?
– Sí. Sería una buena decisión tratar de conformar una alianza con el gobierno, pero la condición es que un radical encabece esa boleta. Eso ha resuelto el Congreso hace dos días, creo, por una amplia mayoría: aceptar una alianza que puede ser con La Libertad Avanza o con otros partidos.
-¿Con el PRO de Mauricio Macri?
-Yo hablé mucho con Macri, y si bien Macri hoy no está expectante por ninguna posición política, insiste en que hay que formar una coalición como alternativa al populismo, que es lo que está intentando hacer Milei. Además, es un pacto con nuestros electores, que lo votaron a Macri y son los mismos que lo votan a Milei hoy. Son nuestros representantes que nos han votado durante 100 años los que hoy nos están reemplazando. Bueno, la inteligencia debe estar puesta en que no nos reemplacen, porque de lo contrario, desaparecemos.
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-¿El enfrentamiento del oficialismo partidario con Mestre no tiene vuelta atrás?
-No, no. Creo que el radicalismo, como todos los partidos políticos, debe tender puentes. Mestre es un dirigente con una gran experiencia, gobernó dos veces la ciudad de Córdoba y tiene que ser parte del proceso. Que él ahora tenga una posición distinta a la mayoritaria del partido son cosas que se pueden modificar con el tiempo. Creo que hay que lograr también consenso sobre el rumbo. Y eso va a acercar más posiciones.
“No creo que le vaya bien a Schiaretti”
Consultado sobre si se les complicaría a los partidos opositores si Juan Schiaretti se presentara como el primer candidato a diputado por el cordobesismo, Oscar Aguad es categórico: “No creo que le vaya bien a Schiaretti. Me parece que el cambio que se ha producido en la Argentina es definitivo y no tiene vuelta atrás. Considero que hay dirigentes a los que ya les pasó su tiempo. A lo mejor estoy equivocado, pero hay que dejarles paso a las generaciones más jóvenes”. Y añadió: “El peronismo tiene dificultades para darle paso a las generaciones más jóvenes porque no tiene dirigentes que reemplacen a los que estuvieron en la Capital en los últimos dos turnos de gobierno: las fórmulas han sido de hombres del interior de la provincia”.